jueves, julio 24, 2003

Acabo de ver 'The Hulk' y he salido fascinado con tres cosas que hacen -para mi gusto- que la película merezca muy mucho la pena.

1.
La belleza de Jennifer Connelly... sobran las palabras

2.
El estilo con que Ang Lee ha decidido revestir la narración -sobria y llena de pulso, como son todas sus historias-. Los efectos digitales son utilizados para dividir la pantalla... si... aquella cosa que Norman Jewison elevó a la categoría de arte en la primera versión de 'El caso de Thomas Crown'... y dividirla haciendo que parezca que uno está viendo/leyendo un comic de Marvel... Sencillamente, pasmoso.
Por supuesto... a esta maravilla de narrativa orfebrería china -nunca mejor dicho- se une el oficio y la capacidad de hacer interesante lo nimio que tiene Ang Lee

3.
Y por supuesto, el gran Nick Nolte. En toda mi vida de espectador cinematográfico no he visto a otro actor capaz de interpretar tan bien, con tanta verdad, la brutal perdida de control, la absoluta emergencia de la animalidad.
Aún le estoy viendo al borde del derrumbe en 'Aflicción' o hechando los higados en 'La delgada línea roja' ordenando a un escrupuloso capitan la toma de una colina.
Nadie como Nick Nolte para caminar sobre el filo de la navaja cortándose.
Sólo por verle a él, merece la pena este Hulk, que acaba siendo un digno hijo de tan buen y brutal padre.

No hay comentarios:

Publicar un comentario