domingo, diciembre 04, 2005

Veo en Canal Historia un documental muy interesante sobre la Rumanía de Ceaucescu.
Con imágenes inéditas filmadas por los medios de comunicación del dictador, el programa reconstruye el largo viaje hacia la locura emprendido por Ceaucescu, llevando consigo al propio pueblo rumano hasta casi la destrucción.

Hay muchas cosas interesantes dentro del documental: la megalómana construcción del palacio presidencial, la exposición de frutas y verduras hechas de madera que el dictador pasa revista como si fueran reales, el loco culto a la personalidad de la primera dama, .... pero lo que más me ha atraído es el momento en que se produce el motín que supuso la caída y posterior muerte de Ceaucescu.

La sorpresa que muestra su rostro ante los crecientes abucheos.

No sabría decir si Ceaucescu se sorprende de que el pueblo de Bucarest abuchee a su Conducator o de que se atreva hacerlo.
Me pregunto si el dictador pensaba que tenían motivos, si conocía la realidad cruel sobre la que se imponía su poder total o la ignoraba viviendo en el mejor de los mundos que producía su propio aparato de comunicación.
No lo tengo claro.
Me pregunto si los propios tiranos son víctimas también de sus propias mentiras y, después de ver el rostro de Ceaucescu no lo muy tengo claro... Aunque, y en cualquier caso, seguro que no se lo esperaba.

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