miércoles, julio 12, 2006

En mis manos hay un dossier sobre el cine de terror contemporáneo. En su encabezamiento hay una frase extraída de una famosa novela gótica "The haunting of Hill House":

"Ningún organismo puede subsistir mucho tiempo, sin volverse loco, en unas condiciones de realidad absoluta; incluso las alondras y los saltamontes, suponen algunos, sueñan".

Me pregunto si será verdad.
Pienso en las personas que se definen como prácticas y realistas, pero enseguida me seduce la idea del soñar despierto, de las esperanzas y las ilusiones, de su insoportable levedad, y el fundamento antropológico de su absoluta necesidad.

Imagino como sonámbulos a todos aquellos que persiguen su esperanza en el mayor o menor espacio de tiempo que separa el primer respirar del último.
No se equivoca Calderón de la Barca.
La vida es sueño.

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