miércoles, diciembre 06, 2006

He leído algunos comentarios sobre una cita de Montaigne que saqué a brillar en esta página hace algunas semanas.

Considero que el hombre y obra es un constante esfuerzo en contra del destino. Coincido mucho con Montaigne y creo que el destino manda y también creo que de cuando en cuando somos capaces de arrancar de su fria e invisible mecánica ignota y transparente una pequeña o grande victoria, un plan perseguido y realizado... Pero los fracasos siempre son mayores que los éxitos. Lo normal es que no seamos capaces de imponer nuestro criterio y adaptar el jardín de las cosas que van y vienen a nuestro geométrico esquema racional o a nuestra voluntad.
Yo creo que todos sabemos eso, que no descubro nada nuevo, pero al mismo tiempo nos gusta vernos capaces de tener un plan e imponerlo. Después de todo, para eso estamos en el mundo, para realizarnos y desarrollar en su totalidad ese impulso que todos llevamos dentro.
Lo que no podemos soportar es el fracaso, que ese ser omnipotente en su capacidad de imaginar y desear que todos somos no sea un agente capaz de intervenir con éxito sobre la complejidad del mundo exhibiendo esa misma omnipotencia de puertas afuera.
Nada nos detiene cuando soñamos un futuro, pero los problemas siempre vienen luego.
Normalmente, el destino siempre vence, pero puede perder más veces si somos capaces de convertir nuestras derrotas en victorias, es decir, si somos capaces de ver las cosas buenas en lo aparentemente adverso.
No hay mal que por bien no venga, se suele decir.
Y aunque las cosas no nos salgan como pensamos, siempre podemos sentarnos junto al mar e intentar repirar el efímero aroma que deja la espuma de cada ola mientras tomamos un buen vaso de vino.
Mañana volveremos a intentarlo... o quizá el perezoso vuelo de una gaviota nos traiga un diferente y mejor plan.
Eso es lo nuevo.

5 comentarios:

  1. Anónimo12:35 p. m.

    Supongo que le ganamos la batalla al nefasto destino si seguimos firmes en el Proyecto de nosostros mismos.en ser lo suficientemente fuertes para luchar contra los hachazos que nos da vida, por fuertes que sean y seguir siendo a pesar de todo buena gente.

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  2. No es un mal plan, Sara....

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  3. Anónimo8:18 p. m.

    Como diría Shakespeare : " El destino es el que baraja las cartas , pero nosotros somos los que las jugamos".

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  4. Anónimo1:14 p. m.

    Darnos cuenta de que, al final, nada es tan importante...
    Los fracasos son oportunidades de aprender nuevamente otros caminos;cuando nos empeñamos en ver la puertas cerradas nunca miramos lo que se ve por las ventanas abiertas...
    Somos algo cabezotas,¿verdad?
    Hay vistas maravillosas...Un saludo..

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  5. Anónimo12:04 a. m.

    Tu sugerencia no es mala idea, lo malo,mi alèrgia al vino, no lo metabolizo bien, y con este frio...pufff!!!..a ver romper olas??!!.. no me apetece...quizás irme de viaje al otro hemisferio,buscar un mar más calido, quien sabe ..lo pensaré mañana...

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