viernes, enero 12, 2007

BANDERAS DE NUESTROS PADRES

No se si era de Cernuda... No estoy seguro. Lo único que tengo claro es haber leído alguna vez, en algún momento, un poema sobre un baño nocturno de unos amigos en el mar.

Lo buscaré y espero encontrarlo y entonces, a la luz de su lectura, quizá vuelva a hablar de este último regalo que nos ha hecho Clint Eastwood, uno de los pocos grandes maestros que le quedan a la depauperada industria cinematográfica.

En "Banderas de nuestros padres", y por increíble que parezca, todo gira en torno al baño final que todos los soldados se dan al pie del demolido y quemado Monte Suribachi.
Todas las emociones nacen ahí, del tranquilo contacto de los cuerpos y las almas en un catárquico momento de paz en medio de una brutal matanza.
La silenciosa definición de un grupo, de una hermandad nacida de saberse victimas de un mismo sufrimiento y de una misma situación.

Eastwood tiene muy claro que el mecanismo terrible de la guerra funciona sobre la base de los más sublimes sentimientos.
Una vez que uno está allí, a merced de una azarosa muerte y rodeado de sangre y fuego, no lucha por la paz o por su país. Se lucha por uno mismo y por quienes te rodean, para que no mueran, para no morir, para conseguir el imposible de intentar llegar todos juntos hasta el final de la noche.

Pero Eastwood también tiene claro que la picadora de carne nada perdona y que el sufrimiento jamás termina cuando finalmente llega el ansiado final de la noche.

La guerra no tiene piedad ni con los vencedores.

Les obliga a convertirse en quienes no quieren ser.
Les obliga a mentir y a traicionar la profunda magia de aquel baño entre compañeros que limpió la sangre y el polvo de sus cansados cuerpos y generó un vínculo entre todos ellos que les mantuvo unidos hasta el final de sus vidas o, lo que es lo mismo, para siempre.

Son pocos los que pueden entenderlo.... Los que todavía quedan y, quizá, los esquivos fantasmas de aquellos que se fueronpeleando por media pulgada de infierno.

Es el mismo Eastwood siempre.

Brillante narrador.
Absolutamente capacitado para emocionar generando autenticidad sobre una rigurosa metafísica de las pequeñas cosas y los detalles.
Humanista y virtuoso.

Todo un genio.

3 comentarios:

  1. Anónimo2:32 p. m.

    Vi la película este lunes. Normalmente las películas acaban y la gente se pone a hablar, a recoger sus cosas para irse... pero esta vez no. La gente quedó en un estado de choc y reflexión que la mantuvo atada a su sillón por largo tiempo.

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  2. Anónimo1:59 p. m.

    Siento disentir, para variar, vi ayer la película y aunque la historia, los protagonistas y todo lo que les rodea parecen los ingredientes perfectos,me aburrí, y hoy más de un comentario parecido al mío a la salida.

    Hay demasiadas batallas, demasiados tiros y aunque el drama de cada uno de ellos llega, y queda claro:" la guerra y su absurdo", vidas en plenitud llenas de esperanzas, cosas por hacer.., cuerpos jóvenes deshechos, no sé sabe bien por qué, rodeados de horror y miedo.
    El que no muere, arrastra la muerte toda la vida.

    Solo basta ver la triste sonrisa del sargento para entender todo eso cuando les mira bañarse.

    No me resulto completa.Daba la sensación de que le faltaban cosas, como si hubieran rehecho el montaje para que no fuera demasiado larga y se hubiera perdido la estructura.
    Salvar al soldado Ryan, que es muy posible que sea una pelicula con un argumento más facil, me llego más.
    Un pena, pq pienso que el director es un genio.Veremos la versión japonesa, igual ahí lo ha conseguido.
    De todas maneras, te hace pensar, no te deja indiferente, viendo lo que hay ultimamente ya es un triunfo.

    Un saludo

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  3. Anónimo5:27 p. m.

    comentario a mi comentario es oí, no hoy...Dios!!

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