viernes, enero 26, 2007

PANEGÍRICO ENLOQUECIDO

Sigo diciéndolo.
Lo mantengo.
Respeto todas las opiniones, pero sigo pensando "Banderas de nuestros padres" es una gran película.

La clave para amarla -aunque no lo creeaís- está en Cernuda, en la belleza irrecuperable de algunos momentos tan bellos que nos cambian la vida por el sólo y simple hecho de vivirlos.

Todo lo demás es melancolía y mundo... mucho mundo... un mundo que casi siempre nos obliga a traicionarlos para seguir viviendo. Y todo porque la diletancia etérea del alma casi siempre es incompatible con el mecánico oficio de vivir.

"Banderas de nuestros padres" no es una película bélica.
Es una película sobre un mundo en el que la belleza casi siempre es imposible, tan imposible que su estado natural es el recuerdo.

"Banderas de nuestros padres" no es una película belíca, insisto.
Es una película sobre un mundo que casi siempre obliga al hombre a traicionar esos pequeños y pocos momentos de belleza.... Y lo que es más importante sobre la complejidad de seguir viviendo con ese nuevo pecado original sobre las espaldas.

La reflexión amarga de un maestro en su vejez, en la plenitud del Otoño de las rosas.

El hombre y sus irresolubles contradicciones, las que siempre terminan de un modo u otro destruyéndole.
El profundo lamento de una soledad entre las cosas.

"Cartas de Iwo Jima" va a ser aún mucho mejor.

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