sábado, junio 30, 2007

He revisado Alatriste.

En su momento ya escribí sobre ella y sigo manteniendo lo que escribí. Alatriste no es la brillante superproducción de acción que quiso venderse, sino una brillante película llena de oscuridad. Un amargo viaje sobre la decadencia y el fracaso, sobre lo inevitable y su inevitabilidad...


"No se engañe nadie, no,
pensando que ha de durar
lo que espera,
más que duró lo que vio
porque todo ha de pasar
por tal manera."

(Coplas por la muerte de su padre, Jorge Manrique)


No me extraña que no gustara, como si nadie quisiera recordar que todo está pasando, que todo -incluidos nosotros mismos- terminará un día de pasar.

El sistema nos necesita moderadamente felices, con vocación de eternidad, añadiendo arroz con leche al chocolate, buscando un restaurante nuevo, saliendo de la hipoteca y entrando en el Carrefour, secuestrados por nuestros propios deseos y empleando el tiempo en financiarnos el próximo, ignorando que en cuanto lo consigamos más pronto o más tarde nos dejará de interesar.

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