miércoles, septiembre 12, 2007

(ANTI) EDUCACIÓN

Lo de poder pasar curso con cuatro o menos asignaturas suspendidas es una medida que no piensa en los alumnos sino en nuestras estadísticas educativas buscando maquillarlas.

En asignaturas cuyo contenido es acumulativo como las matemáticas el resultado puede ser desastroso y en general planteará a los profesores situaciones personalizadas de enseñanza a la carta que quizá redunden en un descenso del nivel general para que los suspensos recuperen el nivel en ese nuevo curso. Así, los que aprobaron el curso anterior se verán perjudicados por intentar mantener en el colegio a un chaval que sin duda terminará desanimándose un par de años más tarde.
Como siempre, el problema se traslada a los profesores. Me gustaría saber qué medios se les va a proporcionar para sostener esas situaciones desiguales en el aula.

Y al final, tendremos bolsas de absentismo escolar que en lugar de gotear lentamente, año a año, fuera de la escuela lo hárán de una sóla vez, cuando ya no se le pueda regalar más tiempo en la escuela... si es que la ministra no decide regalar los titulos universitarios o los certificados de escolaridad.

Es una medida desastrosa que va en contra de la ética del esfuerzo... entre otras muchas cosas.

Explícale a un niño de nueve años que no es lo mismo pasar curso sabiendo la asignatura que no sabiéndola, hablale del futuro y de la conveniencia de ser un hombre o mujer preparado.
Todos los niños que hayan pasado sin estudiar serán siempre un mal ejemplo y representarán constantemente la tentación de un mal camino para los otros, los que han cumplido, que quizá tengan que escuchar en el patio de su colegio que son tontos por estudiar.

Acabamos de descubrir la "anti-pedagogía".

Otro golpe al endeble sistema educativo español donde cada paleto que ha salido fuera a estudiar o ha leído un par de libros o quiere ganar unas elecciones pretende dejar su impronta.

Lo siguiente ya es el aprobado general combinado con mayor o menor habilidad con la garantía futura de trabajo para todos con independencia de la formación y la cualificación... y añadiendo quizá, en los casos más avanzados y atrevidos, la promesa de una vida eterna sin dolor ni preocupaciones.

Lo sugiero.

Lo demás no se, pero la victoria en las elecciones estará asegurada.

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