domingo, octubre 21, 2007













DISCRETO ENCANTO DEL DEPORTE

La pasada noche el equipo sudafricano de rugby se hizo con el mundial derrotando a la escuadra inglesa comandada por un desaparecido Wilkinson.

Se hizo justicia. Aunque con un ajustado tanteo (15-6), la victoria se decantó del lado del mejor equipo del mundial en una final en la que no hubo ensayos (por lo visto, la segunda de la historia).

Sudáfrica que acreditaba poseer el mejor ataque, demostró también tener la mejor defensa anulando por todo el campo el inagotable y generoso esfuerzo de los británicos en un partido que fue un combate perpetuo y al límite, combate del que salieron mas perjudicados los ingleses pues perdieron a jugadores como el veterano Mike Catt que estaba realizando un inteligente partido en defensa.

El partido tuvo su momento épico y definitivo en la carga brutal del ataque sudafricano sobre la defensa británica ¡a un palmo de la línea de ensayo! que los británicos defendieron de una forma épica, pero sin poder evitar un lanzamiento a palos del infalible Montgomery que supuso tres puntos más para los australes.

La contestación de los británicos fue una cabalgada espectacular de Tait esquivando los intentos de placaje de varios jugadores sudafricanos, que culminó en un ensayo de Cueto casi al límite de la línea de banda... y que los árbitros no dieron por estimar que un pie de Cueto estaba fuera del campo cuando posó el balón en el área de ensayo.

Ahí estuvo el partido.

Con el ensayo en el mercador y el talento de Wilkinson lanzando a palos, los británicos se hubieran puesto a un punto de los sudáfricanos y quizá las cosas hubieran cambiado. Pues en otros partidos como el librado contra los franceses, los ingleses se han mostrado como un equipo fajador y limitado, consciente de sus virtudes y sus defectos, sabedor de los modos de aprovechar las primeras y minimizar los últimos, siempre con la imprescindible ayuda de su jugador Jonny Wilkinson (quizá el mejor del mundo).

Pero esa es otra historia.

No hubo ensayo, Wilkinson no apareció y los sudafricanos terminieron venciendo un partido que, como casi todas las finales de todos los deportes, fue un encuentro emocionante y aceptablemente jugado.

Partido del que, como indeleble huella, queda esta milagrosa y emocionante foto final, imposible hace 15 años para el deporte favorito de los blancos del país austral, casi una religión por aquello pagos.

Sudafricanos blancos y negros abrazados y sonrientes formando una piña, un equipo.

Sobran las palabras, ante este discreto encanto que tiene del deporte.

Tres últimas cosas:

- La constatación de que el rugby quizá sea el mejor deporte de equipo que se juega en este planeta por muchas y variadas razones que merecen un propio y futuro post.
- España estuvo presente de forma indirecta al final: el sudafricano Habana es descendiente de catalanes y el inglés Cueto, desciende de asturianos (y se notaba mogollón... con doscientos como ese hechamos a pedradas a los moros en Covadonga)
- Si Italia ha conseguido un equipo de rugby competitivo, nosotros también podemos conseguirlo. Embebidos por el futbol, nos estamos perdiendo la magia total de este deporte.

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