viernes, noviembre 23, 2007

EL PARAÍSO DE HAFNER


Dirigido y producido por el alemán Gunter Schwaiger, "El paraíso de Hefner" es un documental que nos cuenta la historia de un viejo teniente de las SS nazis que tranquilamente vive sus últimos años en España sin renunciar un ápice a sus creencias.

No cabe la menor duda que la vertiente política de la película tiene un importante valor: el resquebrajamiento de Hafner ante el definitivo contacto con la realidad del holocausto o las relaciones del régimen de Franco con la alemania nazi especialmente la tolerancia de la postguerra... pero lo cierto es que estos aspectos no tienen para mi suficiente relevancia.

Después de todo, y a mi edad, no es la primera ni la segunda vez que entro en contacto con esta clase de situaciones, aunque, y no por ello, no deja de tener la relevancia documental que merece.

Pero, y a mi entender, por lo que este documental es éso, documento, es por ofrecernos un retrato sin conceciones de la vejez en lo que parecen ser sus aspectos más extremos.

Todo lo que rodea a este condenable hombre tiene un cierto aire ajado y marchito. La ropa que viste, los instrumentos que usa, los libros que lee, los ambientes que frecuenta, .... Todo son hojas muertas que fueron verdes en otros momentos ya pasados.

Pese al esfuerzo de Hafner por mantenerse activo y joven, las palabras de la realidad que le rodean son otras. Como si la realidad hubiera ido dejándole atrás, abandonándole poco a poco en un mundo que ya sólo reside principalmente en su cabeza.

Fotos viejas, cuadros viejos en la pared... Todo viejo, como él.

En este sentido, y si uno consigue olvidarse de los elementos políticos, la visión de este documental resulta conmovedora.

Es posible que Hafner no niegue el Holocausto de una forma intencional, simplemente forma parte del pequeño mundo interior en el que se ha visto relegado con el pasar del tiempo. Puede que esas equivocadas convicciones sean lo único que le quede flotando entre el polvo de objetos y recuerdos ya definitivamente muertos.

Como decía Gil de Biedma en uno de sus versos, en Hefner contemplamos las ruinas de una inteligencia. Los restos de un ser humano que debió ser ajusticiado en su momento, pero que ahora es sólo un pobre viejo que vaga sonámbulo encerrado en un mundo de recuerdos.

Malvados o no, es posible que la vejez haga lo mismo con todos y cada uno de nosotros. Y llegue un momento en que nos creamos aseados y limpios y no veamos el opaco brillo arrasador de una vieja mancha en el hombro de la chaqueta de nuestro traje pasado de moda.

Propongo la "auto-eutanasia" como eufemismo y también como concepto. Si en la vida es muy importante saber cuándo abandonar, cuándo dejar las cosas a tiempo, por qué en la muerte iba a resultar diferente.

Quizá, una cosa sea vivir y otra muy diferente durar.

¿Os habéis atrevido alguna vez a pensar en ésto?

No hay comentarios:

Publicar un comentario