viernes, mayo 02, 2008

"Los últimos veteranos de quienes se tuvo noticia aparecieron retratados en un periódico, con la cara levantada de indignidad, junto a un anónimo presidente de la república que les regaló unos botones con su efigie para que los usaran en la solapa, y les retituyó una bandera sucia de sangre y de pólvora para que la pusieran sobre sus ataúdes. Los otros, los más dignos, todavía esperaban una carta en la penumbra de la caridad pública, muriéndose de hambre, sobreviviendo de rabia, pudriéndose de viejos en la exquisita mierda de la gloria"
(Gabriel García Márquez, Cien años de soledad, pp. 279 Edición Conmemorativa)

La exquisita mierda de la gloria... ¡Cómo me hubiera encantado haber sido yo quién escribiera este párrafo!

Aspero mundo.

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