sábado, enero 24, 2009

EL TRABAJADOR

Enst Jünger es uno de los grandes pensadores heterodoxos del pasado siglo XX.... y también, seguramente, uno de los grandes escritores. No descubro nada

Publicado en 1932, "El trabajador" es una de sus obras más importantes. En este ensayo, Jünger nos habla del advenimiento de un hombre nuevo, un hombre que es el principal actor de una época presidida por el dominio de la tecnología en todos los aspextos de la vida. Ese hombre nuevo, "El Trabajador" no sólo es actor sino también inevitable expresión del nuevo momento de la historia en que la humanidad se encuentra. Ya no hay lugar para el burgués, para su diferente individualidad. Es la hora de un hombre nuevo que se caracteriza por la identidad, la uniformada igualdad de individuo que forma parte de un ciego engranaje tecnológico cada vez más complejo.

Ese hombre nuevo, para Jünger, hace su aparición en los campos de batalla de la primera guerra mundial.

Jünger luchó en aquella guerra como oficial del ejército del kaiser. Sus experiencias quedaron reflejadas en "Tempestades de acero", uno de sus mejores libros.

La primera guerra mundial fue mucho más cruel y salvaje que la segunda. Los grandes movimientos de tropas decimonónicos se enfrentaron a nuevas formas de matar, especialmente la ametralladora. Diezmados, los ejércitos no tuvieron otro remedio que hundirse en la tierra y cavar trincheras convirtiendo cada frente en una sucia y sangrienta guerra de posiciones en la que cada enfrentamiento era una mortal carrera al descubierto.

Jünger vivió de primera mano grandes carnicerías como Verdún o El Somme donde parecían cientos de miles de soldados tomando y abandonando posiciones entre plomo y barro. La experiencia de estos ejércitos desangrándose y desangrados fue sin duda el agente desencadenante de su visión. Porque el trabajador de Jünger nace de la visión de aquellos hombres enfrentados a diario a una muerte que, de la mano de la tecnología, con sus gases tóxicos, cañones, minas y ametralladoras se había hecho más científica y racional de lo que nunca fue.

En este sentido, para mi y por encima de su verdad teórica, "El trabajador" es un emocionante intento de justificar el sufrimiento de todos aquellos hombres anónimos que asoman por las páginas de ese terrible relato llamado "Tempestades de acero".

Cada uno contribuye con lo que puede para honrar a los camaradas caídos y Jünger, que era todo inteligencia y talento, convirtió a los dueños de todos aquellos rostros que cada mañana marchaban a una muerte casi segura en un nuevo tipo de hombre hecho para vivir en la nueva época que se ponía de manifiesto en los campos de batalla europeos.

No se le ocurrió mejor homenaje que hacerles trascender, convertirles en la expresión de una nueva época de la humanidad, pensarles como primera expresión de un nuevo tipo de individuo para el que el mundo ya estaba hecho.

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