sábado, marzo 07, 2009

GRAN TORINO

Walt Kowalsky es un jubilado misántropo y gruñón que vive en eterno conflicto con el mundo, uno de esos personajes heridos por la propia vida que han llevado. 

Apuñalado por pequeños momentos que han generado heridas que quizá sólo puedan ser cerradas con el final de la propia vida, Kowalski tiene una relación difícil con los suyos y por supuesto con los que no lo son, sus vecinos de la etnia hmong que empiezan a dominar todo el barrio.

En un lugar tan inesperado como la relación vecinal con aquellos que odia, Kowalsky encontrará la salvación que no busca, una salvación que tendrá que ver con la restauración de un cierto equilibrio casi zen en la mecánica de las cosas.

Lo mejor de "Gran Torino" es que se trata de una película que en absoluto me ha decepcionado y éso que esperaba mucho del maestro Eastwood... Lo esperaba todo y "Gran Torino" lo ofrece de una manera gradual y mágica. 

Poco a poco la película se apodera de la mirada del espectador hasta atraparlo en una fascinante e inolvidable dinámica de humanidad. Porque lo más importante de Gran Torino es lo que no puede contarse, las emocionantes dinámicas telúricas de encuentros y desencuentros que suceden entre los personajes y que cargan la historia con una poderosa energía que no te abandona aún cuando la película ha terminado.

Eastwood es un maestro en muchas cosas y también lo es en generar personajes emocionantes que se deben algo a sí mismos... La paz, el perdón y algunas otras cosas cuya carencia nos vuelve tan complicados para nosotros mismos y para los otros en el vivir.

La vida hiere, heridos vivimos y es muy difícil encontrar aquello que nos impide ser devorados por ese corazón de tinieblas que todos llevamos dentro. Kowalsky lo encuentra en esa emocionante confesión que su fallecida mujer sabe que necesita y en la necesaria penitencia que el viejo polaco se autoimpone.

Una confesión que, casi sin quererlo, Kowalsky se da en un extraño e improvisado confesionario, la puerta que cierra su sotano, y ante un extraño e improvisado sacerdote, el joven hmong que quiso robarle su Gran Torino y que queda allí, encerrado, mientras Kowalski, convertido en un jinete pálido, marcha al duelo final.

Gracias, Mr Eastwood.

2 comentarios:

  1. Que bonito don Carlos. La verdad es que tengo muchas ganas de verla, pero al final me quedé con Watchmen, genial adaptación del comic de Moore. Absolutamente recomendable, más aún si te lees antes el comic claro.

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  2. ¡Cómo estás Manu!
    Watchmen también va a caer...

    - Y el mundo gritará: sálvanos
    - Y yo diré: no

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