domingo, abril 26, 2009

LA HABITACIÓN DE FERMAT

Para mi gusto, las mejores cosas que se están produciendo en el cine español se están haciendo desde el género. Me vienen a la cabeza ejemplos como "La caja 501", "La noche de los girasoles", "El laberinto del fauno" o esta "La habitación de Fermat" que se mueve dentro de los esquemas del thriller de misterio sin mayores ambiciones que contar una historia y contarla bien... que no es poco. La verdad.

Salvo francotiradores como Jaume Balagueró, Antonio Hernández o Fernando León, el cine español ha pecado siempre de querer ser algo más que cine y, a mi entender, es ahí una de las principales razones de sus males. 

El cine español casi siempre ha querido imponer las historias a su público. Ha querido ser un cine "dirigido" y esa es una elección muy arriesgada cuando en el mercado te enfrentas a un competidor como el norteamericano. Algo así como enfrentarse a Chuck Norris con un sólo brazo y habiendo aprendido karate por correspondencia. Demasiado difícil.

Perdido en el laberinto de si mismo, el cine español ha abusado del concepto de autor hasta la extenuación olvidándose de que el cine es un acto social que implica a un autor y a un espectador. Ha querido reinventar las reglas de un juego que sólo puede jugarse de una determinada manera y salvo excepciones como la comedia madrileña en los ochenta o el trash-realismo mágico del primer Almodóvar o incluso el primer Garci ha concentrado la mayor parte de sus esfuerzos en un discurso solipsista e idealista en el que la gran mayoría del público español jamás se ha reconocido.

La excepción del autor con mirada propia se ha convertido en imposible norma en un cine donde todos aspiran a ser Bergman o Fellini.

Afortunadamente, estas pequeñas gotas que caen con cuentas gotas sobre el desierto me reconcilian con el cine español.

"La habitación de Fermat" se limita a contar una historia de misterio con las matemáticas como fondo y lo hace, para mi gusto, perfectamente tanto en fondo como en forma.

Cuatro matemáticos son citados por un misterioso anfitrión a una no menos misteriosa velada en la que deberán demostrar el ingenio deductivo que precisamente les ha llevado hasta un apartado lugar donde les espera una habitación que en realidad no será tal... La película se sigue con la mayor de las atenciones en la deducción de los enigmas que los matemátiucos deben resolver para salvar sus vidas.

Estupenda... Y eso que hay matemáticas de por medio.

2 comentarios:

  1. El Marqués de Portugal Este10:38 a. m.

    Totalmente de acuerdo: España solo sabe hacer cine negro.

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  2. Defina "negro", señor marqués...

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