domingo, abril 05, 2009










SOLARIS

La mayor preocupación del director ruso Andrei Tarkowski está, a mi entender, en la enorme distancia que separa al hombre de una verdad sobre si mismo que se encuentra escondida en algún lugar más o menos accesible de su interior.

Del mismo modo que en Stalker, Tarkowski intenta recorrer, en Solaris, esa inmensa distancia y para ello utiliza como vehículo la ciencia ficción, el perfecto lugar para presentar con toda impunidad arriesgadas metáforas de nuestra condición presente.

Si en "Stalker" era la repentina aparición de una extraña zona en cuyo centro una no menos extraña habitación proporcionaba a quienes la visitaban la realización de sus deseos, en "Solaris" se trata de un misterioso planeta maritimo que en realidad es una inmensa inteligencia que utiliza como vehiculo para ponerse en contacto con los humanos que le estudian la encarnación de las imágenes que están presentes en sus mentes.

En ambos casos, el resultado es dramático.

La visión de la propia verdad libre de espejismos es una prueba terrible para quién vive entre el remordimiento y la mentira como improvisado parcheo de un alma que por encima de todo se propone continuar adelante mientras el tiempo nos aguante... pero esa verdad, en "Solaris", no deja de ser otra mentira. Las personas que de pronto aparecen son meras imágenes impulsadas por una voluntad que la utiliza como instrumentos táctiles que pretenden establecer un contacto.

Su efecto es letal sobre los humanos que las encuentran por los pasillos de la estación de investigación.

La imposible posibilidad de una segunda oportunidad se ofrece como un tentador veneno que les termina consumiendo... hasta que "Solaris" entiende la fragilidad consustancial de los seres humanos que le observan y, en un emocionante final, ofrece a Kris Kelvin, el protagonista, el consuelo de un eterno espejismo de paz sobre su cambiante y proteica superficie.

La dacha, su padre y un abrazo negado durante años que en "Solaris" será para siempre.

3 comentarios:

  1. martita.trebol@gmail.com5:02 p. m.

    Vaya sorpresa, ésta película la ví hace muchíiisimo tiempo ya ni la recordaba ni pensaba que alguien pudiese hablar ahora sobre ella, no recuerdo los motivos por lo q me movieron a verla, pero fue un extraño viaje. A vces me sorprendes la verdad. Tas bien?

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  2. No me puedo creer que en esos cursos de estudios culturales que te marcaste en la Inglaterra post thatcheriana te vieras Solaris... ¡jajajajaj! Y después a un concierto de los Happy Mondays ¡Menuda combinación!

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  3. Martha-Inglaterra1:13 a. m.

    Me metí en un coctel molotof sin saberlo.

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