martes, julio 14, 2009

"Indudablemente, el mensaje transmitido hoy con gran poder de persuasión por los medios culturales más eficaces, el mensaje que leen fácilmente sus destinatarios con el trasfondo de su propia experiencia, es el mensaje de la esencial indeterminación y blandura del mundo: en este mundo puede pasar cualquier cosa y se puede hacer cualquier cosa, pero no se puede hacer nada de una vez y para siempre, y sea lo que fuera que sucede viene sin anunciarse y se va sin avisar. En este mundo, los lazos humanos están divididos en diferentes encuentros, las identidades en máscaras que uno lleva sucesivamente, la historia de la vida en una serie de episodios que duran solo en una memoria igualmente efímera. Nada se sabe con seguridad, y lo que se sabe puede saberse de maneras diferentes; una manera de saber es tan buena o tan mala (y desde luego tan precaria o volátil) como cualquier otra. La apuesta es ahora la regla donde antaño se buscaba la certidumbre, mientras la asunción de riesgos reemplaza a la obstinada persecución de objetivos. Y así hay en el mundo pocas cosas que podamos considerar firmes y fiables, nada que recuerde un grueso lienzo en el que podíamos tejer el itinerario de nuestra propia vida."
(La sociedad individualizada, Zygmunt Bauman)


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