miércoles, septiembre 16, 2009

Como se suele decir, no hay peor ciego que el que no quiere ver y, continuando con el repertorio de refranes y frases hechas, para muestra vale un botón.

Reivindicar como un brote verde el hecho de que una empresa esté dispuesta a crear 400 puestos de trabajo en Navarra demuestra la situación límite de desesperación en la que se encuentra nuestro presidente. Entrar en el cambiante cuerpo a cuerpo de los datos buscando en ellos consuelo contra la inflexible dictadura de las tendencias demuestra lo falto que se encuentra de argumentos y su absoluta ignorancia de la realidad de los datos puesto que siempre hay un dato dispuesto a respaldar una causa.
Si Opel cambia de dueño es posible que quiera cerrar mil quinientos puestos de trabajo en nuestro país.. Tres veces más que los 400 que nuestro presidente proponía como ejemplo de optimismo ¿Debemos ahora estar tres veces más deprimidos que hace una semana? ¿Cómo debemos gestionar la aritmética emocional de las expectativas que nuestro presidente nos propone?
Absurdo... como es él... un funcionario de la política que nada sabe de la vida real y que confunde ignorancia con idealismo. La combinación perfecta para este Frankenstein producto de las peores costumbres y tendencias de la progresía de nuestra democracia.
El particular monstruo generado por este concreto sueño de la razón...

Otro botón...
Para escapar de las acusaciones de improvisación reivindica el postre de la pluralidad de opiniones en el seno del partido... Hay diferentes medidas porque hay diferentes opiniones... y, por supuesto, el que decide lo hace en cada momento apostando por cosas diferentes, incluso contradictorias... Y volvemos al principio, a la improvisación y la contradicción reconociendo que existen opiniones distintas que en cierto momento son escuchadas y en otros momentos no menos ciertos dejan de serlo para ceder su lugar a otras.
Mucho peor.... y mucho más inquietante porque uno imagina reuniones en las que se decide qué hacer según lo convincente que sean quienes manejan esas diferentes opiniones.
Mucho, mucho peor... el que decide tras escuchar se escuda tras las opiniones que escucha dimitiendo de su responsabilidad a la hora de fijar otro criterio diferente al acierto/error.
Mucho, mucho, mucho peor... intentando evacuar la propia responsabilidad de generar un entorno de coherencia que enmarque todas las decisiones.
Mucho, mucho, mucho, mucho peor... el reconocimiento tácito de que la crisis está siendo gestionada de una forma electoral, política... mediante constantes y continuas tácticas enmarcadas en un vacío estratégico que sólo aspira a durar.

Y en el fondo eso es lo que tenemos en nuestro gobierno, funcionarios preocupados por no perder su puesto de trabajo

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