lunes, septiembre 21, 2009

DISTRICT 9

Una nave alienígena aparece anclada sobre los cielos de Johanesburgo. El esperado encuentro con una civilización del espacio exterior se produce de una forma inesperada pero, y como siempre, la realidad jamás está a la altura de las expectativas.

Los encuentros en la tercera fase tampoco se libran de la decepción y la esperada raza alienígena superior resulta ser una especie de criaturas enfermas y desnutridas que parecen haber vagado por el espacio hasta encontrar la tierra.

Sin medios ni posibles, sin capacidad de regresar, los extraterrestres se convierten en unos incómodos refugiados en una ciudad donde la segregación pasa de ser entre razas a suceder entre especies.

Y la diferencia no tarda en convertirse en una molestia, un problema a resolver que blancos y negros están de acuerdo en solventar con el traslado forzoso de los alienígenas a un campo de concentración en medio de ninguna parte.

Sobre esta situación histórica se plantea la trama de la película... Bajo ella emergen dos líneas argumentales que entrarán en conflicto para generar la necesaria intensidad dramática.

Por un lado, los extraterrestres no son tan tontos como parecen y algunos de ellos intentan regresar a su nave para regresar a su país de origen.

Por otro, la agencia de seguridad privada encargada de la gestión de los asuntos extraterrestres esconde oscuros intereses centrados en la tecnología armamentística de los alienígenas buscando poseerla en beneficio propio.

Y en medio de toda esta trama un oscuro funcionario de la mencionada agencia se convertirá de forma casual y no deseada en la pieza que pondrá en conexión todos los diferentes aspectos comentados.

Sin llegar a ser la película inteligente que muchos dicen que es, "District 9" es un perfecto "thriller" de acción, con una profusión de elementos gore y feístas (que sin duda será muy del agrado de Peter Jackson, su productor) un tanto sorprendente, en la que su protagonista se ve súbitamente sumido en una cuenta atrás de resonancias kafkianas en la que están en juego tanto su vida como su condición humana.

Entretenida siempre e interesante, en algunos momentos... especialmente la desasosegadora frialdad científica cosificadora, casi de campo de concentración, con la que el protagonista es tratado por los científicos de la agencia de seguridad y que, por un momento, hace que el espectador se ponga en el lugar de las ratas de laboratorio... "District 9" sorprende más por sus formas que por su mas convencional fondo... Algo así como lanzar un bote de pintura roja hacia el público.

A todo esto se añade el exotismo de que la historia suceda en los paisajes y bajo la luz del africa austral, en la ciudad de Johanesburgo y en los grandes barrios chabolistas de Soweto, espacios virgenes para el cine.

En cualquier caso, y por todo lo dicho, merece la pena verla.




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