domingo, diciembre 13, 2009













Definitivamente, este frente de aire siberiano que ha entrado este domingo como una invasión bárbara desde su Norte natal se ha llevado del Atlético de Madrid lo poco que le quedaba de credibilidad como equipo.

El equipo está roto, sin capacidad de respuesta y sólo cuenta para mantenerse a flote con el talento inmenso de Agüero... que no es la primera vez que se las arregla para ganar un partido para su equipo interviniendo en todos los goles, bien fabricándolos, bien haciéndolos.

Desgraciadamente, no hay nada más.

Hay una nada inmensa en ese vestuario que el nuevo entrenador está intentando manejar, pero va a ser complicado. A un punto de los puestos de descenso, y con el frío que he pasado en la tribuna aún sin abandonarme el cuerpo, me cuesta creer que los equipos que están por debajo de la tabla jueguen peor que el Atlético de Madrid. No puedo imaginarlo. Y si me lo aseguraran tendría que verlo para creerlo.


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