viernes, diciembre 11, 2009

LEONERA

Ojalá todas las películas de Ken Loach fueran como esta película dirigida por el interesante director argentino Pablo Trapero y escribo ésto porque, esencialmente, y recordando "Looking for Eric", "Leonera" tiene todo lo bueno que veo en las películas del director británico.

"Leonera" cuenta la historia de Julia Zárate (fantástica Martina Gusman), una estudiante que primero es acusada y luego declara culpable del asesinato de su pareja. Julia está embarazada y deberá afrontar el embarazo, el parto y la cría de su hijo Tomás entre rejas.

De algún modo, y sin serlo del todo, Julia es uno de esos "working class heroes" de Loach que encuentran fuerzas dentro de sí mismo para salir adelante y encontrar su camino en un mundo que no parece hecho para ellos. Y lo que "Leonera" nos cuenta fundamentalmente es ese trayecto vital en el que Julia lucha para encontrar un destino para ella y su hijo, un destino cuyo principio comienza en un maravilloso y esperanzado final que no se por qué me recuerda al mejor Renoir, el antropológico e inevitable optimismo de continuar adelante que sus personajes sienten pese a lo complicado de las circunstancias... Recuerdo ahora mismo "La gran ilusión".

Paradójicamente, la cárcel será el lugar donde Julia se encuentre. En ese lugar donde, en teoría, todos se pierden, Julia endereza su camino, En esa Leonera llena de mujeres como ella encontrará con el paso de los años un espacio donde ser ella misma y forjar un carácter que le llevará a tomar la sublime y arriesgada decisión que es el principio del fin de la historia.

Lo mejor del cine de Loach es la integridad de sus protagonistas que les lleva a forjarse un destino contra todo y casi todos y el camino de Julia es el de la forja de esa integridad, de ese destino. Si en un principio, se nos presenta a Julia como un pelele utilizado por su novio y por su amigo, un pelele que al final acabará pagando por los dos, poco a poco, la mujer irá encontrando en su interior esa mismidad incuestionable sobre la que apoyarse e impulsarse hacia delante, hacia una vida auténtica o que, por lo menos, ella concluye que no puede ser de otro modo.

Y el director de "Leonera", Pablo Trapero, nos cuenta la historia con talento, consigue crear verdad y como consecuencia de ello emocionar al espectador con la trayectoria casi nunca agradable de Julia.

Absolutamente recomendable.

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