martes, febrero 16, 2010














MAD MEN

Tiene su punto "Mad Men"... El punto sabroso de un roast beef poco hecho, casi crudo.

Esos locos hombres de los que tomo su titulo la serie son los ejecutivos que trabajan en una de las empresas de publicidad más importantes de Manhattan. A partir de ellos, de sus vidas, lo que se nos ofrece es una visión de la sociedad urbana norteamericana mucho antes de que se produzca la salida de la mujer del hogar en creciente igualdad de condiciones con respecto al hombre.

"Mad Men" quiere ser por encima de todo una ventana abierta a aquel mundo de nuestros padres y/o abuelos en el que el hombre, convertido en macho, era el centro del universo y, en este sentido, los hombres que protagonizan la serie se comportan como tales. Cada uno como absoluto centro de su propio universo, déspota soberano de un reino en el que la mujer ha nacido para ser su servidora.

Y de un modo deliciosamente perverso "Mad Men" se complace en mostrarnos ese mundo y esos comportamientos desconsiderados o negligentes de unos hombres que no han sido educados para ver a la mujer como un igual... sin enmarcarlos dentro del grueso trazo rojo dentro de una condena moral.

"Mad men" nos abre un agujero en la pared para que podamos espiar el mundo de nuestros padres, esos hombres locos que fumaban, bebían, se casaban con unas mujeres y perseguían a otras para acostarse con ellas. En definitiva otro colectivo tan políticamente incorrecto como el grupo de gangsters que el productor de la serie, Mathew Weinar, nos mostraba en "The Sopranos", su proyecto anterior.

Ambos debieran generar rechazo en al mirada del espectador, pero lo que en realidad producen es fascinación en quién, capítulo tras capítulo, los ve comportarse en libertad, dando rienda suelta a su naturaleza políticamente incorrecta.

Un cierto aroma libertino e inmoral subyace en la propuesta de "Mad men".

Podemos mirarles ser y solo si nos acordamos, en la intimidad de nuestros pensamientos, condenarles. Fuman donde ya no se puede fumar, beben cuando ya no se puede beber y se relacionan con las mujeres desde una pasmosa superioridad que ya ha quedado atrás. De algún modo componen una suerte de grupo mafioso, cuyas conductas reprobables, la serie nos permite observar como si se tratara de un documental.

Y como todo lo prohibido tiene también esos hombres locos tienen su encanto.




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