martes, mayo 04, 2010

















TREME

Uffff!

No pensaba escribir tan pronto sobre "Treme".

Ayer vi el primer episodio y las ideas, las emociones, todavía no han dejado de bailar en mi cabeza como humo de cigarrillo. Su caprichosa danza aún no ha cuajado en formas claras, inteligibles y, por lo tanto, susceptibles de ser encerradas en palabras. Pero la maravillosa sensación que sentí descubriendo las ruinas de Nueva Orleans, tomando contacto con los personajes, me lleva a pensar que esta serie merece mucho más que el anémico y desganado artículo que David Trueba ha dedicado a Treme en El País.

Seguramente aún no ha superado la pérdida de Ariadna Gil (y estoy seguro que echa de menos a la mujer, no a la actriz -si es que existe-), pero Treme no tiene la culpa...

Ha empezado con suavidad y calma, como empiezan todas las series de Simon y Mills. Encontrando a gente que llega, localizando a gente que está, moviéndose lentamente por las calles de una ciudad que se despereza, que se aleja de su desgracia con cada nuevo día que llega y pasa con pausadas y elegantes maneras de pantera.

Poco a poco se que iré introduciéndome en la vida de la ciudad, en las vidas de sus protagonistas y que conseguiré emocionarme. Porque tengo la impresión de que Treme nos va a hablar de vida, de voluntad de continuar adelante como si nada hubiera sucedido y de música, la maravillosa música de Nueva Orleans.

Si The wire es la constatación pesimista de una compleja realidad que mata la esperanza con su destructiva lógica de intereses creados, Treme va a ser la constatación esperanzada de otra realidad mucho más luminosa, la del individuo como fuerza de voluntad empeñada en una constante y eterna construcción de sí mismo y de su vida.

Lo que el huracán Katrina se llevó fue esa red/wire perversa dejando a las personas solas, abandonadas en medio de la devastación y creo que en Treme asistiremos al maravilloso milagro de la vida sucediendo sin esa red, de una esperanza pese a todo que encontrará en la música un instrumento esencial para su contagio y transmisión.

Intuyo mucha esperanza bajo el cansancio y la tristeza en Treme.

Ya me gusta, pero me va a gustar mucho más.

Ufff!



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