sábado, noviembre 27, 2010

"Mi padre cuando era estudiante de primer curso me acompañó a una excursión que hicimos a un pueblo vinícola del Margraviato, pronunció allí un jovial discurso en el que para mi satisfacción se puso de manifiesto el alegre espíritu de su propio pasado de estudiante. Asimismo comprendí inmediatamente que su propia vida se había sumido en el silencio definitivo al terminar su carrera, y el verso de un canto estudiantil me vino a la memoria:

Se retiran con la mirada baja
al país de los filisteos
¡Oh jerum, jerum, jerum,
Oh quae mutatio rerum!

Estas palabras me llegaron al alma. Un día había sido él un estudiante entusiasta como yo de primer curso, el mundo se le había representado como a mí; los infinitos tesoros del saber habían pasado ante él como ante mí. ¿Qué pudo pasar para que todo le hubiese decepcionado, avinagrado y amargado? No hallé respuesta o demasiadas. La alocución que pronunció aquel atardecer de verano entre botellas de vino fue su último recuerdo vivo de una época en la que fue lo que debía haber sido. Poco después de esta excursión empeoró su estado. A finales de otoño de 1895 tuvo que guardar cama y murió a comienzos del año 1896."
(Recuerdos, sueños, pensamientos.Carl Gustav Jung)

No hay comentarios:

Publicar un comentario