viernes, diciembre 17, 2010

THE LOVELY BONES

He leído en alguna parte que Peter Jackson se aleja más que nunca de sus orígenes "gore" con este melodrama, en algunos momentos emocionante, en algunos momentos edulcorado y cursi sobre una niña muerta que echa de menos la vida que le han quitado... pero no puedo estar más en desacuerdo.

Es cierto que no hay sangre ni vísceras, aspecto esencial en toda película "gore" que se precie, pero en "The lovely bones" esa profusión de fisicidad extrema es reemplazada por otra profusión extrema: la de las emociones.

Y en este sentido es coherente que la película en bastantes ocasiones desemboque en el exceso que siempre supone lo cursi, porque lo que Jackson desmiembra no son cuerpos sino almas y lo que brota de ellas a borbotones no es sangre sino sentimientos y emociones.

Y hasta cierto punto es lógico madurar y extender el interés, preocuparse por el destino de todos esos cuerpos tan violentamente desmembrados y apartados de la vida.

Con talento Peter Jackson abre el foco y nos narra en "The lovely bones" la historia de una niña asesinada contada por ella misma, el efecto que causa su desaparición entre sus seres queridos, el desconcierto que produce en su protagonista los restos de vida que aún le restan y que tienen que ver con el amor que siente por aquellos que se han quedado. También nos retrata de forma magistral la triste, miserable y desesperanzada vida de la bestia humana que la asesina: enfangada en su podredumbre, encerrada irremediablemente en una oscuridad nacida de la falta de un amor que parece querer también desangrar del cuerpo de su victima. Y lo que es más importante el modo en que la vida siempre se las arregla para continuar, como esa lluvia de Joyce que cae de forma inevitable sobre los vivos pero también sobre los muertos.

Y en este sentido le perdono a "The lovely bones" su cursileria y su abuso de la infografía, porque en esta extraña historia cruel de esperanza, para mi gusto, el peso de las virtudes excede con mucho el peso de sus defectos.

Trágica y emocionante.

Merece la pena verla.


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