martes, diciembre 07, 2010

No es una huelga salvaje, no.
Es un amotinamiento con dos cojones

Es peor, mucho peor, pero, y al mismo tiempo, es mejor.
Un gesto incomprensible en un país de esclavos como éste que una vez se levantó gritando "vivan las cadenas".

Puestos contra la pared, los controladores han hecho lo que hay que hacer...
resistirse a pagar por algo de lo que son inocentes.
Los estados están haciendo pagar las consecuencias de la crisis a los ciudadanos
y el colectivo de controladores tiene sus ventajas y sus defectos, y probablemente como consecuencia de sus muchos defectos... son una casta, etc... pero, y precisamente por eso, también son un hueso duro de roer.

¿por qué tienen que renunciar ahora a un convenio que la propia administración ha firmado con ellos?
¿por qué precisamente ahora?
¿No será porque el estado tiene que vender AENA para hacer caja y maquillar unas cuentas que el mismo ha desequilibrado poniendo pasta a espuertas para tapar el agujero virtual de la banca?

Y el resto que somos unos pringados nos la hemos tragado doblada porque no nos quedaba más remedio, pero ellos tienen un poder, controlan un cuello de botella
y no es tan fácil hacerles pasar por el aro, precisamente quizá porque son egoístas e interesados, y seguramente por eso, porque no es fácil, para quebrarles el espinazo el gobierno ha decidido regular por decreto ley una negociación colectiva.
Todo ha valido.
Todo vale.
Y la gente esta ciega, en lo único en que se fija es en lo que cobran y no en los cojones que han tenido defendiendo SUS derechos, SUS privilegios, que son suyos.
¿Por qué tienen que renunciar a ellos? ¿para que un tipo pueda comprarse una piscina climatizada en alguna parte, un tipo que no conocen?
¿Han renunciado los grandes ejecutivos de wall street a sus indemnizaciones?

Y a la gente solo le importa lo que cobran o si pueden ir o no a Cancún o a la boda de la mierda de su hija, cuando aqui se está ventilando algo más importante: el respeto, el respeto que ellos, sea quienes sean, ya no tienen en absoluto por nosotros, que sabemos perfectamente quienes somos, y los únicos focos de resistencia son esos colectivos que todavía regulan cuellos de botella sociales.
La espuma de los humillados y ofendidos.
Y nos dedicamos a ponerles a parir, cuando en realidad están haciendo lo que deberíamos hacer todos: AMOTINARNOS.
Pedir explicaciones
Preguntar por qué.
Y seguramente negarnos a un montón de cosas.
Cuando nos dicen que consumamos, consumimos
Cuando nos dicen que nso rebajemos el sueldo, nos lo rebajamos
SOMOS MARIONETAS al servicio de las conveniencias de un sistema y los únicos focos de resistencia son colectivos como el de los controladores, con sus virtudes y defectos, pero en absoluto 100% malvados, como si la vida fuese una historia de buenos y malos de esas que cuentan a los niños, que nos cuentan cada día, constantemente.

No nos hemos acercado a los hechos de una forma pura sino mediatizados,
no nos hemos preguntado por qué todo un colectivo se suicida socialmente
y preferimos pensar lo más fácil
que son malos, avariciosos y tontos,
que cegados por la codicia no han sido capaces de prever las consecuencias extremas a las que les abocaba su locura
y además, por supuesto, nos refugiamos en la ley,
que nunca viene mal

Hay que desconfiar de la realidad
Hay que preguntarse por qué un colectivo como el de los controladores ha tomado una medida tan extrema.

Y nadie lo ha hecho.
Son malos, tontos, avariciosos y miserables.

Y mientras tanto el gobierno ha retirado la subvención de 400 euros a los más desfavorecidos de nuestra sociedad y esos no controlan ningún cuello de botella, no tienen ningún puesto que abandonar como acto extremo para quejarse.
Nuestras vidas no dependen de ellos.
No controlan nuestro estúpido espacio aéreo.

Mañana nadie se preguntará por qué antes de coger cualquier absurdo vuelo.

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