sábado, enero 29, 2011

LOS LÍMITES DEL CONTROL

Si algo tiene esta última película de Jim Marmusch es que pone a prueba al espectador.

"The limits of control" me recuerda a aquellas películas-idea que "perpetraban" cineastas como Robbe- Grillet o Resnais. No hay argumento. No hay historia. O si existe, sólo es un débil y tenue soporte para el despliegue y expresión de una idea que el director propone a quién quiera escucharla.

La película comienza en un aeropuerto. Dos personas hablan a un hombre que les escucha silencioso, hierático. Le plantean una serie de conceptos que parecen entrecomillados de algún ensayo filosófico y semiótico antes de proponerle un encargo. El hombre callado aceptará la misión y viajará a lo largo de una serie de secuencias que presentarán la misma estructura vista en el aeropuerto. Será una viaje líneal pero cíclico que le llevará desde la civilización parisina a una extraña casa perdida en el desierto de Almería donde le espera el objetivo de la misión.

A lo largo de ese viaje imágenes, palabras y situaciones irán repitiéndose una y otra vez ante la presencia estólida y pétrea del protagonista que parece ajeno a esa extraña y surrealista locura, como encerrado en los límites de su propio control, sin preguntarse ni plantearse nada, sin sentir duda o asombro, convertido en una especie de máquina humana orientada a la consecución de la misión que le ha sido asignada.

Y en este sentido la película parece descifrarse en esa contraposición. Aunque repetido de manera cíclica, el misterio rodea al protagonista a quién parece no importarle, limitándose a jugar el papel asignado en una suerte de coreografía intelectual cuyo sentido parece escapar no sólo al espectador sino a aquellos que participan en el juego quienes parecen formar parte de una realidad enteramente arbitraria, inmotivada.

No en vano uno de los conceptos que se repiten como un mantra a lo largo de la historia es precisamente la caracterización como arbitraria de esa realidad. Idea que para mi es clave puesto que quizá el secreto de la propuesta que Jim Jarmusch presenta con su difícil "The limits of control" radique ahí. En una puesta por obra de la idea del cine como arte que, por su directa relación con la inmediatez física e irracional de las imágenes, es capaz de generar realidad en mayor medida que otros como la literatura, que descansan en la racionalidad simbólica de las palabras.

Quizá "The limits of control" nos muestre precisamente éso: una realidad arbitraria de la que es amo y señor Jim Jarmusch, su creador; una realidad que se muestra al espectador sin tenerle en cuenta, en los términos, medida y forma en que su autor considera que debe mostrarse y trasladando los límites de ese control a la mirada que contempla.

Difícil, casi imposible.



No hay comentarios:

Publicar un comentario