lunes, marzo 14, 2011


Me sorprende la capacidad que tiene este país para movilizarse en aspectos que son accesorios o, lo que es peor, su capacidad para considerar importante lo accesorio y salir a la calle a defenderlo.

Con todo lo que está lloviendo por aquí, es terrible que lo que parezca que importa, lo que hace que la gente salga a la calle es la reducción del límite de velocidad en diez kilómetros a la hora.

Mientras en Islandia han metido en la cárcel a los banqueros y se están dotando de una nueva constitución o en Grecia la gente sale a la calle y de cuando en cuando aparece la imagen de un policía ardiendo, en España, una de las economías más complicadas de los paises desarrollados, los españoles solo parecen interesados en no querer que nos rebajen el límite de velocidad en diez kilómetros a la hora sino que queremos ir más deprisa, a 140 kilómetros a la hora.

La madurez política del personal es acojonante.



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