jueves, noviembre 24, 2011


















Todo lo que sucede, sucede por algo.
Siempre se dice y se dice porque es así...

Lo que pasa es que ese algo siempre está por llegar y mientras tanto todo es duda, sinsentido, cabo suelto, esperanza, confianza, apuesta. Pero cuando llega. Todo queda justificado.
Como he escrito en alguna que otra ocasión la vida es una cuestión de momentos y esos momentos, esos "algos" que nos van sucediendo son la fuente de sentido de todas las decisiones, acertadas o equivocadas, que hemos venido haciendo hasta llegar a ese instante en que todo queda aclarado.

Estamos siempre en movimiento y el sentido es algo que siempre nos espera más adelante.
El sentido verdadero, el que transforma, el que no se puede comprar en las tiendas es siempre el efecto de una acción continuada en el tiempo, de subir y de bajar, de estar aquí y allá y también, y como consecuencia de todo lo anterior, es repentino descubrimiento.
Jamás se trata de una causa.
Es "eso" indescriptible lo que un día cualquiera nos hace parar el coche, detenernos.