viernes, diciembre 16, 2011

FUEGO EN LA NIEVE

Dirigida en 1949 por William A. Wellman, "Fuego en la nieve" sucede durante la II Guerra Mundial.

La ofensiva de las Ardenas fue el último y desesperado esfuerzo de los alemanes en el frente occidental por cambiar el curso de la guerra... Y a punto estuvieron de conseguirlo de no ser por limitaciones de medios y abastecimiento que imposibilitaron que las tropas alemanas pudieran rentabilizar el territorio ganado a los aliados en el duro invierno de 1944.

Uno de los escenarios más destacados de esa ofensiva fue la bolsa en que los movimientos tácticos de las tropas alemanas convirtieron la ciudad de Bastogne ocupada por efectivos de la 101 División Aerotransportada. En unas condiciones extremadamente difíciles defendieron sus posiciones impidiendo que los alemanes si hicieran con la ciudad, un importante nudo de comunicaciones clave para un desarrollo exitoso de la operación.

"Fuego en la nieve" se inscribe dentro de una evolución del cine bélico hollywodiense centrado en la II Guerra Mundial.

Acabada la guerra ya no resulta necesario hacer un cine hagiográfico del esfuerzo heroico del soldado en pos de la victoria final. El cine llamado de hazañas bélicas que ha producido joyas como "Objetivo Birmania", Bataan" o "Las arenas de Iwo Jima" deja lugar a un cine bélico que coloca en primer lugar la psicología de los personajes que se enfrentan a la posibilidad de la muerte en los campos de batalla.

Películas como "Fuego en la nieve" ponen el énfasis en los personajes y en la cotidianidad del esfuerzo que supone el campo de batalla. No en vano el titulo de la película es "Battleground".

Y en este sentido "Fuego en la nieve" centra todo su esfuerzo en mostrar el rostro de los que luchan con un planteamiento muy propio de la época con una clara inspiración neorrealista. Así vemos soldados que pasan hambre, que se congelan, que tienen miedo, que no desean ir al frente, que están sucios... Todo muy alejado del héroe que marcha impoluto hacia el éxito de su misión.

Con un reparto coral en el que destaca el habitualmente soso Van Johnson, la película pone énfasis en los personajes que componen el pelotón de paracaidistas que protagonizan la historia. No obstante, el esfuerzo no siempre recibe el éxito como recompensa resultando desigual el panorama y en algunos casos bastante estereotípico convirtiendo la película en un desfile de tipologías pertenecientes al género.

De todos modos, y gracias al talento del olvidado Wellman, uno de esos directores de la segunda generación del Hollywood clásico caracterizados por una capacidad casi natural de contar historias con brío y precisión, la película se sigue con atención.

Interesante.






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