miércoles, marzo 28, 2012

Las huellas terminan unos metros más adelante y lo hacen de manera abrupta como si el aquel entonces presente cuerpo, propietario de ese peso capaz de dejarlas impresas sobre la arena, se hubiera desvanecido.
Un territorio salvaje e inexplorado aparecía más adelante, justo al final del último paso perdido del fantasmal caminar que hasta entonces había estado siguiendo.
Y ahora le correspondía a él convertirse en ese fantasma cuyos pasos quizá otro estaría ahora mismo enebrando en algún lugar profundamente perdido a su espalda, convirtiendo en certeza la incertidumbre de su errático camino incierto.

1 comentario:

  1. Anónimo1:48 a. m.

    que dios los bendiga a todos.. Entregen todos el dolor fastidio rabia soberbia envidia lo negativo las emfermedades pues todo lo contrario a lo bueno y estaras mas liviano

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