sábado, mayo 12, 2012

Amen...

"Uno no entiende esta manía de la autoridad de obstaculizar las manifestaciones espontáneas de alegría y las celebraciones naturales. Uno, además, empieza a aborrecer estas celebraciones programadas con itinerario, speaker, pasarela, horario de imposición de bufanda, partitura y desfile de autoridades militares y eclesiásticas. Que el fútbol es cada vez más negocio y menos de la gente es obvio. Que en los estadios haya más ejecutivos y agentes que aficionados propiamente dichos es vergonzoso. Que ya hasta en la calle programen cuándo y dónde uno puede uno alegrarse so pena de recibir un porrazo en el cráneo, es ya lo último."
(Días que nunca olvidaremos, El Rojo y el Blanco)

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