miércoles, mayo 01, 2013

LA ÚLTIMA ORDEN

Josef von Sternberg es uno de los grandes directores de la época muda del cine.

Se habla mucho de su elevado sentido estético y su incuestionable capacidad para generar atmósferas visuales en base a la iluminación y a los movimientos de cámara, pero para mi gusto lo esencial de Sternberg es su capacidad para generar imágenes que hablan por si solas, aspecto que era esencial en una época en que las películas no podían hablar verbalmente y que sólo podían hacerlo a través del poder de sugerencia de las imágenes y de la expresión de los actores.

En este sentido Sternberg comparte ese talento con los grandes directores del cine mudo como Murnau, Lang, Stroheim... Cada uno a su manera, con su propio estilo, pero siempre siendo capaces de generar imágenes elocuentes y poderosas.

En su momento, Sternberg focalizó ese talento en fotografiar a Marlene Dietrich, aspecto por el que se le conoce fundamentalmente en el reader's digest del cine, pero Sternberg es mucho más.

Para empezar fue un director de origen europeo que paradójicamente se formó profesionalmente en los Estados Unidos, país al que emigró con su familia a principios del siglo XX. Allí, y compartiendo una biografía similar a la de muchos pioneros del cine (encadenando diferentes y diversos oficios hasta acabar en el boyante mundo del cine) Sternberg termina dirigiendo películas.

Sternberg rueda su primera película "The Salvation Hunters" que es un exito de crítica y taquilla para luego rodar "Underwolrd", la primera película de gangsters, y una película perdida para Chaplin a mayor gloria de su novia de aquel entonces Edna Purviance.

Es entonces cuando Sternberg cruza su destino con el de Emil Jannings, uno de los grandes actores del cine mudo.

Con él rueda ésta, "The last command", y marchará posteriormente a Alemania para acompañarle en el proyecto de la primera película superproducción sonora rodada en aquel país: "El Angel Azul". Allí conocerá a la Dietrich y se la traerá a los Estados Unidos, dando lugar a la parte más trascendental de su carrera personal y profesional.


"The last command" es una producción a mayor gloria de Jannings, de hecho fue por ésta y por otra película que ahora no recuerdo por las que el actor alemán, de origen suizo, ganaría el primer premio Oscar al mejor actor principal en 1928.

La película cuenta la historia de un noble ruso que por azares del destino termina siendo extra en Hollywood y teniendo que representar en el estudio un papel muy parecido al que representó en su vida real, dirigiendo el ejército zarista en el frente oriental durante la Primera Guerra Mundial.

"The last command" es un largo flashback en el que se nos cuenta la desgracia de la alteza serenísima en su Rusia de origen con inicio y final en un presente del soleado Hollywood.

No es una película redonda, su historia es un poco imposible si se mira bien, sobre todo la historia de amor entre Jannings y Evelyn Brent, pero se deja ver fagocitada por la presencia aristocrática de Jannings, un actor de gran físico y porte que, en su época de mayor éxito, se especializó en melodramas masoquistas en los que su poderosa presencia humana terminaba siendo humillada y maltratada por las injusticias del destino. En este sentido su Gran Duque Sergius Alexander es una variante más de ese personaje que Jannings siempre supo interpretar con éxito componiendo talentosas interpretaciones que combinaban de manera magistral aspectos tan aparentemente contradictorios como la dignidad y el patetismo.

Y todo iluminado y fotografiado por el talento de Sternberg para ilustrar la historia con imágenes profundas, llenas de cuerpo y que, como no podía ser de otra forma, hablan por si solas.

En este sentido, la principal fuente del éxito de Sternberg en el cine sonoro fue sin duda mantener una manera de hacer cine más propia del cine mudo, basada en la elocuencia y expresividad de la imagen aspecto que le abocó a un cine esteticista y atmosférico hecho no sólo para ser escuchado sino también para ser visto y, lo que es más importante, sentido.

Merece la pena ver "La última orden"

No hay comentarios:

Publicar un comentario