domingo, mayo 05, 2013

LAS VENAS ABIERTAS DE AMÉRICA LATINA

Si es alguna cosa, Eduardo Galeano autor "Las venas abiertas de América Latina" es un poeta de las ideas.

Siempre he encontrado fascinante el modo culto y civilizado con el que Galeano expresa su punto de vista crítico y lúcido frente a una realidad terrible. Y en este sentido, la voz de Galeano lleva casi 40 años elevándose firme pero mesurada contra esa injusticia llamada capitalismo, contra todas sus coartada ideológicas que nunca me han parecido otra cosa que la justificación de la animalidad a través de las ideas.

Ahora, con esta estafa llamada crisis que nos asola, cuando las fauces siempre hambrientas y absolutamente insaciables del capitalismo (que no conoce amigos cuando éstos se interponen en el camino de su interés) se clavan en la mismísima Europa, una nueva lectura de este clásico de la visión del mundo desde el otro lado del espejo resulta más aconsejable que nunca.

En un determinado momento del libro, su autor expone con claridad los motivos que le llevan a escribirlo: "Nos mienten el pasado como nos mienten el presente: enmascaran la realidad. Se obliga al oprimido a que haga suya una memoria fabricada por el opresor, ajena, disecada, estéril. Así, "Las venas abiertas de América Latina" recoge puntualmente la visión de las victimas de un crimen que se lleva perpetrando en nombre de la codicia desde hace siglos.

Por mi parte no tendré la petulancia de descubrir un clásico. Sólo diré que el libro presenta la crónica del fenómeno de subdesarrollo, la manera en que los pueblos de América Latina han visto cómo su destino se ha puesto al servicio del destino de otros, los propietarios de una versión que como máximo les convierte en inocentes testigos de un accidente y humildemente aconsejaré su lectura a todo aquel que no lo haya leído.

"Las venas abiertas de América Latina" recoge las voces de las millones de voces consumidas en el fuego de la economía convertida en una forma más de agresión dirigida hacia las personas y lo hace a través de un autor que además de un cronista es un escritor talentoso, propietario de una voz propia que enriquece el texto con una suerte de poética de la denuncia que multiplica el efecto crítico del texto.

Pero diré además que, si uno se entrega a la lectura del libro, teniendo siempre presente la realidad política europea descubrirá mil y un resonancias y similitudes en las que dictaduras brutales y sofisticadas democracias europeas se igualan en el modo de gestionar una misma situación. Y estas similitudes de destino en lo universal de la codicia y el interés resultan tremendamente fascinantes y reveladores sobre un modo totalitario de organizar las sociedades que superficialmente no lo parece, pero que en realidad lo es.


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