martes, agosto 13, 2013

La pesca del salmón en Yemen

A nadie le amarga un dulce y mucho menos un dulce al que alguien le ha puesto algo para hacer reír.

Producida por la BBC, "La pesca del salmón en Yemen" tiene ese irresistible encanto de dulce que hace reír y sin duda ese encanto entronca con toda una tradición de la comedia británica centralizada en la postguerra, en los londinenses Estudios Ealing bajo la dirección de Michael Balcon.

Comedias satíricas con contenido romántico llenas de diálogos brillantes son la marca característica de una factoría que produjo joyas como "El quinteto de la muerte", "Pasaporte para Pimlico" o "El hombre del traje blanco" y es en esta tradición donde se inserta, sin desmerecer en absoluto, esta "La pesca del salmón en el Yemen" que me ha hecho pasar un buen rato.

La historia gira en torno a la afición que un príncipe yemení tiene hacia la pesca del salmón escocés. Su máximo deseo es trasladar a su país esta posibilidad usando dos irresistibles poderes que emanan, respectivamente, de su dinero y de su fe.

Este deseo unirá los destinos del Dr. Alfed Jones (Ewan McGregor), un experto en piscicultura, y de Harriett Chetwod-Talbot (Emily Blunt) empleada de la consultora que gestiona el patrimonio e intereses del noble yemení.

Pero con mucho, lo mejor de la película, es todo lo que tiene que ver con el personaje que interpreta esa genial actriz llamada Kristin Scott Thomas, que borda su personaje de secretaria de prensa del Primer Ministro británico. En torno a ella y en su viperina boca, la película presenta una genial y pasmosa sátira del mundo de la política moderna y su relación con los medios. Especialmente fantásticas son las conversaciones por messenger entre ella y su primer ministro... ¡Absolutamente genial!

Por encima de esta maravilla funciona una comedia romántica bastante estándar que resulta agradable por el trabajo de los actores, especialmente McGregor que compone con mucho acierto y sobriedad un personaje muy en la línea estrafalaria, atolondrada y geek de algunos héroes de la Ealing como el Alec Guinness de "El hombre del traje blanco". Pero sobre todo por unos diálogos brillantes, irónicos, elegantes, civilizados, algunos de los cuales parecen escritos en estado de gracia. Diálogos que contribuyen a generar una atmósfera amable y confortable, dotada de un encanto especial que seduce al espectador con su continua propuesta de inteligente y elegante ironía.

Me ha gustado mucho "La pesca del salmón en Yemen", una película que siempre será una agradable compañía para cualquier momento, en cualquier ocasión.





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