jueves, agosto 01, 2013

++ Rajoy

En cualquier caso, y aceptando que sólo se trate de un error, falta la segunda parte.

¿No tienen los errores consecuencias?
¿Qué implica asumir que uno se ha equivocado?

Llama la atención que alguien que ha recurrido a las inapelables exigencias de una presunta realidad externa e incontestable a la hora de recortar como consecuencias de errores del pasado, no tenga previsto un discurso sobre las consecuencias... pero, claro, serían consecuencias que le afectarían a él en lo personal y cuando las consecuencias le atañen a uno ya no se es tan duro y recto.
Es mucho más fácil se duro y recto con los demás.

¿Este es un error que no tiene consecuencias?
¿Dónde está la realidad aquí?

Seguramente, las consecuencias son una cosa de pobres.

No hay comentarios:

Publicar un comentario