lunes, agosto 26, 2013

TOQUE DE QUEDA

Cae la noche con sus maneras graves de invernal presagio nefasto
y  amanecen oscuros, como huevos de noche,
todos esos silencios oportunos y convenientes
que vuelven la oscuridad mucho más espesa e incierta
que el propio pensamiento que la refleja.
Termina el día y lo hace para todos
y para todos los yacientes,
los que puntuales escarban las paredes
hambrientos de sueño,
parece que no fuese suficiente la victoria,
el haber ganado esa jornada
para la leve y evanescente causa secreta de cada uno,
Termina el día
y, como herido de muerte,
uno se explora el pecho
en busca de olvidados pedazos de luz
mientras continúa teniendo claro
que algo quedó olvidado
entre tanta palabra dada,
que el mayor de los sueños
es la satisfacción del deber cumplido
cuando la certeza arrecia.

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