domingo, septiembre 22, 2013

Y si los nacionalistas catalanes no reconocen una realidad política, jurídica e institucional, los españoles y la gente como Vargas Llosa que les apoya tampoco.
La ley debe estar al servicio de la sociedad, no al revés.
Igual hay que cambiar la constitución y, teniendo en cuenta que tenemos nacionalidades históricas, generar un proceso legal de secesión.
Lo verdaderamente democrático sería contemplar esa posibilidad en la legislación porque al final, y si recurres a lo legal, en el fondo estás jugando con las cartas marcadas porque les estas remitiendo a un sistema legislativo que no contempla de hecho esa posibilidad... o en absoluto la favorece.
España está jugando con ventaja este partido.
Y al final todo remite a un muro infranqueable.
Recordemos que en el primer titulo de nuestra constitución se habla de la defensa de la integridad territorial  de la nación española y se define un garante, que es el ejército... y esa defensa de la integridad sólo puede entenderse una manera teniendo en cuenta que una independencia unilateral de Cataluña afectaría a esa integridad de España.
En este sentido, es hipócrita remitir a una legalidad que no está de facto hecha para procesar esa necesidad expresada por los catalanes.
Sería un acto necesario que la Constitución Española reconociera la posibilidad de secesión de los territorios que la integran definiendo un marco y generando un mecanismo legal claro y específico. Algo que en 1978 era impensable, pero que ahora, 50 años después, debería formar parte de esa transición que aún no se ha cerrado: la de las cosas que no se hicieron para encajar a los franquistas en los planes de futuro de España.
En realidad, la transición fue una buena solución transitoria, pero en absoluto una solución de compromiso puede ser una base sólida para la forja del futuro de una nación.
Y así nos va.

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