jueves, abril 17, 2014

The Last Stand

Regresa Arnold Schwarzenegger en un papel protagonista al cine industrial con esta "The Last Stand".

Desde la tercera parte de Terminator producida en 2003, el robótico pedazo de carne musculado no había cargado sobre sus espaldas con toda una película. Si bien todo este tiempo de ausencia estuvo cargando con el estado de California como gobernador, estado al que ha dejado tan maltrecho como por cierto queda buena parte del pueblo del que su personaje es imposible sheriff con acento austriaco.

No obstante podría haber sido peor.

Lo mejor que puedo decir de "The Last Stand" es que consigue que no me pregunte demasiado qué diablos hago viendo otra vez una película de este tipo, un tipo que prolonga la eterna y romántica luna de miel del cine industrial norteamericano con la violencia.

Bueno... Nadie es perfecto.

En "The Last Stand" el ex-gobernador Scwarzenegger interpreta al sheriff de un pueblo muy próximo a la frontera de los Estados Unidos con Méjico. Un lugar de su término municipal ha sido elegido por un sanguinario rey de un cartel de la droga, interpretado por Eduardo Noriega, para terminar con éxito su fuga de las autoridades norteamericanas.

Con la ayuda de un aparentemente poco dotado para la violencia grupo de ayudantes, el sheriff presentará batalla a los mercenarios del cartel que se encuentran en el pueblo preparando el terreno para su jefe y finalmente al propio narcotraficante empeñado en pasar a Mejico a través de Arnie y sus amigos.

En este sentido, "The Last Stand" hunde sus raíces en una fiable estructura narrativa procedente del western clásico que ha dado lugar a clásicos como "Rio Bravo", "Eldorado" o "Sólo ante el peligro". Sobre ella, un director coreano cuyo nombre ahora no recuerdo construye toda una rítmica y medida estructura de trepidante acción con puntos culminantes de histérica e hiperbólica violencia, tan propia del cine de esas latitudes, como la absurda e imposible persecución entre dos coches dentro de un maizal... y que tan nervioso me pone.

El resultado funciona, tanto que probablemente estemos ante una de las mejores películas de una vieja estrella del cine del ciclado cine de acción de la era Reagan como es Arnold Schwarzenegger.

Ausencia de pretensiones, bien dosificada acción y buenos actores, entre los que por supuesto no se encuentra Schwarzenegger, para encarnar el esquema convencional de sus personajes.

Tan entretenida como "Desafío Total" o "Depredador".


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