sábado, diciembre 06, 2014

Un clásico ya: Pablo Iglesias y ETA

Preguntar a Pablo Iglesias si se sentía de enhorabuena por la excarcelación de etarras no es una provocación dirigida contra el líder de Podemos.

No nos equivoquemos.

Fundamentalmente, es una provocación dirigida contra todos aquellos votantes de izquierdas que aún no se han decantado por Podemos.

El cálculo es claro.

Por muy transversal que sea la procedencia de los votantes de Podemos, siempre procederán más de la izquierda que de la derecha.

Y cumpliendo la ley del mínimo esfuerzo que han seguido nuestros líderes de los dos partidos políticos que protagonizan el régimen del 78, ley que se ha basado en desgastar el rival antes de desgastarse uno profundizando en concretar programas electorales, el planteamiento del PP es claro.

Por un lado, desgastar al PSOE indignando a los más extremistas de sus votantes buscando su enrolamiento en Podemos y, por otro, movilizar a sus abstencionistas con sus viejos y clásicos temas de siempre: terrorismo, la unidad de España.

Seguramente tienen también la esperanza de que en el momento de votar algunos votantes de Podemos se vengan abajo enfrentados a la realidad de un acto y al discurso estratégico del caos y el desorden.

Al final, sólo se trata de tener más escaños que el PSOE dentro del viejo planteamiento bipartidista de siempre y lo que esperan todavía es tener que ganar al PSOE.

Nos corresponde a nosotros, el electorado, hacerles ver que vamos en serio y que Podemos puede ser una alternativa verdadera en unas elecciones serias como las municipales y autonómicas. Por éso quizá no sea tan buena idea no presentarse como marca y dejarlo todo a una única, última y definitiva batalla final en 2015.

Todos los fontaneros del poder ya están en marcha para ensuciar a Podemos.

Cuando alguno de sus rostros conocidos aparque en doble fila Eduardo Inda lo sabrá y lo que no hagan, se inventará.


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