jueves, diciembre 25, 2014

The Hunger Games

Como decirlo... Todo lo que no es la historia del follón en que la protagonista Katniss se mete por proteger a su hermana pequeña me resulta interesante en "The Hunger Games".

Panem, la distopía en que sucede la historia tiene mucho atractivo: un mundo cruel y desigual en el que unos pocos disfrutan de lo mucho que tiene sumidos en una sociedad opulenta, basada en el espectáculo y los muchos se las arreglan para sobrevivir en entornos que recuerdan a la sociedad de la Gran Depresión.

Por otro lado, está la televisión y ese juego, un verdadero reality en el que la vida está en juego que se convierte en la primera fuente de legitimación ideológica y política del sistema político que vertebra Panem, un sistema que es una mezcla interesante entre una sociedad aristocrática de corte clásico y nuestras democracias de consumo.

Todo tiene su punto, pero, y aunque se cuenta muy bien, la película funciona perfectamente como mecanismo narrativo, la historia que se nos cuenta es demasiado raquítica y previsible.

No es demasiado sorprendente lo que sucede.

El héroe hace lo que se le supone y tanto los coadyuvantes como los oponentes aparecen en el momento justo para cumplir con sus respectivos papeles facilitadores o dificultadores... y tampoco es que resulte demasiado emocionante porque la historia, siendo coherente con su carácter de producto, opta por el sentimentalismo en cuanto tiene la ocasión.

Recuerdo que Oscar Wilde definía a los sentimentales como los cínicos del corazón y en "The Hunger Games" abunda la ambición de emocionar, aspecto que resulta incomodamente evidente en la aparición de esa concursante pequeña que desde que el espectador la ver intuye que está ahí para intentar arrancarle una lagrimita más adelante.

En este sentido, se le ven bastante las intenciones a "The Hunger Games" y uno intuye que debajo de la experiencia que se propone hay un mecanismo, hay un producto dispuesto a funcionar ya sea por lo civil, ya sea por lo penal.

Se le transparentan las intenciones.

No obstante, y si uno se olvida de la trampa y el cartón, la propuesta que ofrece "The Hunger Games" se mueve mucho tiempo dentro de lo entretenido.

Aceptable.

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