viernes, abril 03, 2015

Sorcerer

A finales de la década de los sesentas del siglo pasado, la industria del cine norteamericano se encontró con el problema de atraer a las salas a las nuevas generaciones.

Señores mayores que habían hecho la guerra mundial tenían que lidiar con la sociología de la sociedad norteamericana por aquel entonces muy virada hacia lo contracultural por la influencia de la guerra de Vietnam.

Por aquel entonces, dos francotiradores como Dennis Hopper y Peter Fonda consiguieron convertir Easy Ryder en un gran éxito comercial, especialmente en los términos relativos que supone considerar lo que costó la película con lo que recaudó en las salas de cine.

"Easy Ryder" fue el pistoletazo de salida para proyectos en los que la industria y el cine de autor a la Europea confluyeron durante unos pocos años, justo hasta que aparecieron Lucas y Spielberg para producir una formular de productos cinematográficos menos comprometida, más tranquila y por supuesto más exitosa.

Pero, y hasta entonces, la industria se puso en manos de directores y productores que, de la mano de lo contracultural, generaron películas de temáticas difíciles y adultas.

Es la época de Hal Ashby, de Bob Rafelson, del primer Scorsese, de primer Coppola, o de productores como Robert Evans o guionistas como Robert Towne, proyectos que siempre trajeron consigo el conflicto entre la creatividad y el dinero y que en muchos casos se convirtieron en aventuras enloquecidas que como "Apocalipsis Now" a punto estuvieron de acabar con la vida y hacienda de sus promotores o como "La Puerta del Cielo" de Cimino o "New York, New York" de Scorsese que efectivamente lo hicieron.

"Sorcerer" es uno de esos grandes fracasos.

Tras exitos arrolladores de taquilla como fueron "French Connection" y "El Exorcista", Willian Friedkin se embarcó en una aventura muy loca: el remake de "El salario del miedo", una pelicula rodada por el francés Henri-Georges Clouzot en la década de los cincuentas.

La película cuenta la terrible aventura sin futuro de unos trabajadores de una explotación petrolifera en un país sudamericano quienes por una suma considerable deciden jugarse la vida conduciendo unos camiones llenos de nitroglicerina por la selva. El objetivo es utilizar el explosivo para detener el fuego de un pozo en el que ha habido un accidente.

En su papel de director estrella, Friedkin tomó una serie de decisiones que  terminaron por resultar catastróficas. Entre ellas, elegir un reparto de actores europeos, Francisco Rabal incluído (que no sabía inglés) parta protagonizar una superproducción, rodar en lugares complicados y de difícil acceso que multiplicaron el presupuesto e incluir en el guión una serie de alusiones políticas a la intervención de los Estados Unidos y sus intereses económicos en Centro América que precisamente en aquella época no eran demasiado oportunas.

"Sorcerer" es un buen ejemplo de la lucha entre la creatividad y el dinero que se produjo en bastantes proyectos realizados en aquella época y también es una de sus más grandes víctimas puesto que se trata de una película la excepcional, a descubrir, de las mejores de Friedkin para mi gusto.

Por supuesto fue un fracaso de taquilla.

Productoras y distribuidoras no apostaron mucho por ella convitiéndola en chivo expiatorio a través de la cual ajustar cuentas con Friedkin, el creador estrella que por ejemplo tardó tres meses en terminar la espectacular secuencia de los camiones atravesando un frágil puente colgante bajo una espectacular tormenta. Aunque siguió rodando, Friedkin quedó bastante tocado profesionalmente no volviendo jamás a manejar presupuestos de similar enjundia.

En cualquier caso, "Sorcerer" es una película extraordinaria que mantiene la tensión nihilista, desesperada y oscura que animaba la película de Clouzot, añadiendo el toque que Friedkin tenía para el retrato elocuente y descarnado de las cosas, talento que utiliza para mostrarnos un retrato sobrecogedor de contexto, el de la miseria de america latina y la violencia del propio viaje a ninguna parte de sus protagonistas.

La combinación de ambos elementos tiene un elemento multiplicador que convierte a "Sorcerer" en una experiencia difícil de olvidar y por lo tanto en una gran película.

La agonía de sobrevivir.

Excepcional y a descubrir... si consigues encontrarla.

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