domingo, abril 26, 2015

Lo anecdótico y la información

Por definición el debate en los medios de comunicación debe ser sobre lo anecdótico.

Concebida cada vez más como espectáculo y negocio que como servicio público, la información es un material muy peligroso y volátil, especialmente para quienes la manejan. Un material que debe ser manejado con mucho cuidado, dentro en un contexto que viene definido por dos aspectos de igual relevancia a mi entender.

Por un lado, el aspecto táctico que viene configurado por la necesidad del profesional de administrar y manejar la información, concibiendo esta como un material meramente narrativo, como un material que es fuente de un espectáculo que debe ser dado todos los días. Por lo tanto, es necesario manejar la atención del espectador dosificando la información, buscando siempre dejar algo para mañana con la finalidad de mantener el interés y la atención del espectador.

Van en contra del negocio las noticias que se agotan en sí mismas, incapaces de generar resonancias que multiplican las posibilidades de un debate que posibilite la narratividad de lo sucedido desde una perspectiva de buenos y malos

Por otro lado, existe el aspecto estratégico que viene definido la necesidad no menos esencial de no tocarle los costados (y las narices) a la mano que alimenta a esos profesionales de la información. Una mano cuyos intereses en absoluto tienen que ver con los de la opinión pública a cuyo servicio los propios periodistas/dicen estar.

Dentro de este contexto no tiene sentido enfrentar la información desde una intención resolutiva que lleve inequivocamente a respuestas para las preguntas que la información suscita. Lo que pudiera ser esencial no es de interés. Importa mucho más mantenerse en lo accesorio.

Lo accesorio tiene una doble ventaja,

Por un lado garantiza que nunca se llegará al acuerdo y al consiguiente silencio que obligue a la necesidad de abordar otro tema... por no hablar de llegar a conclusiones que dejen traslucir la necesidad de obrar.

Por otro, multiplica las posibilidades de construcción de discursos que prolongan la duración de la noticia.

Así, y cuando la gente que sale en medios interrogándose por las razones por las que el electorado sigue respaldando a candidatos imputados o condenados, surgen planteamientos que en absoluto abordan lo esencial. Por ejemplo, el papel que los propios medios de comunicación juegan como correa de transmisión del debate político, tomando partido por uno u otro y dimitiendo de la teórica responsabilidad de poner un poco de orden en el gallinero, buscando eso que se llama la verdad desde eso que se llama objetividad.

Seguramente, si los medios de comunicación no estuvieran al servicio del poder gente con Camps lo habría tenido más difícil, pero es mejor no hablar de lo obvio.

Seguramente todos estaríamos de acuerdo y quizá pensásemos que además de coincidir en el análisis, algo habrá que hacer.

Pero eso es justo lo que jamás debe suceder.

Hoy en día, información es anécdota y confusión.

Su objetivo es suministrar desinformación, bajo la apariencia de información, a toda esa inmensa mayoría que no quiere saber, bien porque no quiere, bien porque no le han enseñado, ese hervíboro centro por cuyo voto la política mainstream se pelea cada cuatro años.

No te engañes.

Es una labor fundamental, de servicio público... sólo que lo público no eres tú.



No hay comentarios:

Publicar un comentario