domingo, abril 12, 2015

Mortdecai

Está claro que en una dialéctica centrípeta, de eterna repetición de lo mismo, en que se basa el cine industrial es muy arriesgado hacer cosas diferentes.

Por eso es mucho más fácil hacer una nueva entrega de las aventuras de Star Wars que jugársela con una historia como "Mortdecai", en bastantes aspectos muy a contracorriente de la habitual ración semanal de cine industrial que los espectadores esperan recibir.

Algo así como quitarle las patatas a la habitual y enésima chesseburger para añadir algún tipo de extraña y sofisticada guarnición.

Y "Mortdecai" exige en ciertos aspectos una cierta capacidad de escucha por parte del espectador porque se construye en torno a un héroe afeminado y vulnerable, un héroe cuya principal arma es la inteligencia y la cultura.

Por otro lado, todo el relato está cifrado en una suerte de parodia del estilo aristocrático que caracterizaba a autores tan diferentes como Noel Coward o P.G. Wodehouse y tengo que decir que he disfrutado mucho, bastante por encima de la trama, el modo tan gracioso, tan basado en la ironía y el understatement con que los personajes se hablan y se relacionan.

En fin, "Mortdecai" es una locura suicida, absolutamente a contracorriente, que parece más una película de los sesentas del siglo pasado que pudiera protagonizar Peter Sellers y dirigir Blake Edwards, que un producto industrial de nuestro tiempo.

Y no deja de tener su gracia que "Mortdecai" nos devuelva lo cultural como algo excéntrico y contra-cultural, de antemano condenado al fracaso, a la colisión con unas expectativas cada vez más esclerotizadas de público e industria.

Y en este sentido "Mortdecai" ya es un fracaso pero al mismo tiempo presenta su candidatura a tremenda película de culto en la que Jhonny Depp encuentra suficiente espacio para desarrollar su talento histrionico e inteligencia para la construcción de héroes heterodoxos, que con sus presencias diferentes cuestionan lo meramente muscular como camino único para acabar con el malvado.

Si de algo puedes estar seguro es que Depp siempre te permite leer entre sus líneas una cierta actitud inconformista y que, desde su éxito, se las ha arreglado hasta el momento para exhibir una cierta actitud gonzo, diferencial y heterodoxa, incluso en contra de la taquilla, en la mayor parte de los proyectos en que participa.

A mí, "Mortedecai" me ha sorprendido, cosa nada habitual en los estrenos palomiteros de los viernes, y he disfrutado cada momento la elegante ironía con que los personajes se expresan.

Me quito el sombrero ante Depp que como productor ha tirado al fuego unos cuantos millones de dólares parta producir esta "rara avis". Sólo espero que maneje lo suficientemente bien sus finanzas como para poder obsequiarnos de cuando en cuando con alguna propuesta distinta.

Todos nuestros políticos y tertulianos deberían verla para comprobar que la descalificación no está reñida ni con la inteligencia ni con la elegancia.

Muy, muy entretenida.


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