sábado, julio 09, 2016

Está bien ser un santo.
Está bien ser un santo sin todo lo malo
que tiene ser un santo:
tener poco, con desear nada,
con dar más de lo que es conveniente,
con todas esas cosas tan molestas,
tan dificiles de cumplir hoy en día
cuando, con el aplauso general,
uno es orgulloso y confeso animal
solo racional a veces.

Está bien regresar a casa sin mancha,
oliendo a santidad de rosas,
pero en realidad podrido,
con manchas y sin rosas.
Tenerlo todo,
la buena conciencia
y las malas acciones.
Tener a dios preso,
al otro lado del espejo
y sacarlo a pasear
las mañanas de Domingo
y demás fiestas de guardar.
Tener todas las ventajas del mal
y también, de propina.
las hermosas y embellecedoras,
ventajas que siempre tiene el bien
cuando uno lo viste de buena mañana
con la cara lavada y recién peinado

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