La batalla de Austerlitz es una de las grandes victorias militares de Napoleón Bonaparte.
Librada a principios de diciembre de 1805 en lugares que hoy pertenecen a la República Checa, en Austerlitz el moderno y móvil ejército napoleónico pulverizó a los ejércitos de una nueva alianza de las monarquías tradicionales, en este caso austriacos y rusos.
Inferiores en número las tropas francesas hicieron de la necesidad virtud basándose en una estrategia de su comandante en jefe que se dedicó a alentar las creencias y prejuicios de austriacos y rusos con respecto a lo incontestable de su superioridad numérica.
Puede decirse que con astucia Napoleón ofreció a sus enemigos lo que más deseaban, su derrota, incluyendo además una manera de hacerlo.
Puede decirse que con astucia Napoleón ofreció a sus enemigos lo que más deseaban, su derrota, incluyendo además una manera de hacerlo.
El punto central del campo de batalla era una ligera meseta que ocupaban los rusos y desde la que dominaban las posiciones francesas teniendo ventaja estratégica y táctica, Napoleón se mostró débil y dubitativo, deseoso de retirarse ofreciendo a sus enemigos el concepto estratégico de una deseada retirada hacia Viena y el concepto táctico de mostrar un flanco débil por el que sus enemigos pudieran atacarle para precisamente cortar esa deseada retirada.
El secreto objetivo de Napoleón era hacer que su enemigo se moviese hacia sus flancos dejando libre el centro donde se encontraba la meseta de Platzen y desde la que podría dominarles. La rapidez y movilidad de sus fuerzas haría que fuese siempre demasiado tarde para sus enemigos en el caso de que esto sucediese así.
En este sentido, todo sucedió tal y como Napoleón planeó.
Las tropas monárquicas cayeron en la trampa y fueron pulverizadas en posición de ventaja por la artillería y la caballería napoleónica en una huida en desbandada por una zona pantanosa desfavorable.
Austerliztz marca el cénit del talento de Napoleón como personaje histórico y el cineasta francés Abel Gance para quién el emperador siempre fue un personaje importante especialmente teniendo en cuenta su monumental e inacabada "Napoleón" (1927) encontró en este episodio de la historia una manera de terminar su retrato del emperador francés.
En 1960 y en el final de su carrera Gance rueda esta "Austerlitz" como una manera de contar su visión de Bonaparte, por éso lo principal de la película no es la batalla sino el personaje histórico magnificamente interpretado por Pierre Mondy.
"Austerlitz" nos cuenta quién era Napoleón según Gance centrándose en un único momento esencial de su vida.
"Austerlitz" es ese momento que puede dar cuenta del todo porque lleva en sí mismo la impronta total del personaje..
"Austerlitz" es ese momento que puede dar cuenta del todo porque lleva en sí mismo la impronta total del personaje..
Una de las cosas que se hecha en cara a esta infravalorada película es su carácter teatral y el poco partido que se le saca a la batalla desde un punto de vista cinematográfico. Todo lo contrario de lo que haría unos años más tarde el director ruso Sergei Bondarchuk con su "Waterloo": una película deacción, llena de panorámicas de grandes movimientos de tropas sobre el campo de batalla; porque en "Austerlitz" Gance no nos muestra la batalla. Nos muestra lo que realmente tiene importancia para él, un admirador incondicional del corso. su talento estratégico para definir la batalla y su gestión carismática del estado mayor y por extensión de su ejército.
Y así la larga secuencia de la noche anterior a la batalla es uno de los momentos más memorables de la película. En un crescendo de tensión Gance nos muestra al emperador dando ordenes y gestionando desde su cabeza la victoria que se producirá.
El Napoleón de Gance, interpretado de manera directa y arrolladora por Mondy resulta atractivo y fascinante, todo un líder al que es inevitable no seguir con la guinda final de una maravillosa humanización que deja al espectador indefenso ante tanta seducción: Napoleón se retira una hora a dormir y encuentra a su asistente dormido en su camastro, lejos de despertarle el emperador coge una silla para dormir junto al catre.
Maravilloso.
Para Gance, Napoleón era pueblo, un verdadero hijo de la revolución: el autoritario puño en que ésta se transforma como consecuencia de la necesidad de combatir a sus enemigos.
La necesidad hecha virtud y lo que Gance hace con talento es mostrarnosla con éxito.
Me ha gustado mucho "Austerlitz".
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