No hay culpa.
La tragedia no te afecta
ni te pertenece.
No es de tu mundo.
Ya lo dice por la tele un señor
con ademán entre compungido y severo
puntualmente a cada hora en punto.
El desastre es un espectaculo
que sucede muy lejos,
a gente demasiado pequeña,
por su mala cabeza
nacida para el defecto y el error.
Porque, y por el momento,
y mientras no se te comunique lo contrario
el mundo está en tus manos.
Aún puedes pagarlo comodamente a plazos,
sin llamarte a ningún error.
Mañana quién sabe,
ese empleado fiel
que algunos llaman "Dios" dirá.

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