El punto de partida...
"¡Si todo fuera tan sencillo! Si en algún lugar existieran personas acechando para perpetrar iniquidades bastaría con separarlos, del resto de nosotros y destruirlos. Pero la línea que divide el bien del mal pasa por el centro mismo del corazón de todo ser humano. ¿Y quien está dispuesto a destruir un solo fragmento de su propio corazón?"
(Alexander Solzhenitsyn)
Si algo se puede aprender del siglo XX es que las grandes utopías sociológicas, los grandes modelos de sociedad, no son posibles sin psicologías en sintonía.
Toda norma, toda institución es susceptible siempre de ser pervertida si el individuo que debe pertenecer a ellas o seguirlas no las toma en serio y esa seriedad en el trato sólo puede proceder de una psicología en consonancia con los propósitos y planteamientos de la institución.
Todos los sistemas son imperfectos si los individuos que forman parte de ellos no se los creen.
Nada social funciona si de algún modo no integra en su funcionamiento a las psicologías de los individuos... si no existe la posibilidad de la implicación.
La verdadera lucha, la verdadera revolución siempre empieza en el interior de cada persona.
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