martes, febrero 14, 2012

Los vestigios materiales de las vivencias olvidadas arden mucho mejor.
Desde que comenzó a quemar todos sus recuerdos no ha hecho otra cosa que comprobarlo.
Supone que la sequedad del olvido lo vuelve todo aun más inflamable.
Y habiendo sido olvidado tantas veces,
no se arriesga a acercarse a las llamas por si acaso.
Seguramente todo su ser se consumiría en un parpadeo
y el viento despeinandole las cenizas haría el resto.

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