martes, noviembre 22, 2011

MELANCHOLIA


Una vez más Lars von Trier lleva a sus argumentos y a los personajes que los viven al extremo.

En este caso, al extremo de los extremos, a un auténtico, horroroso y absoluto final del camino que, de manera contradictoria, el hermoso planeta Melancholia trae consigo desde la profundidad del espacio.

Alguna vez he escrito sobre el ser humano concibiéndolo como una criatura precaria necesitada de ficciones, ficciones que jueguen el papel de cielo y velo protector de los abismos que por todas partes le rodean. Y en este sentido, "Melancholia" es un devastador relato sobre la devastación más absoluta.

La rotunda realidad de ese planeta azul acercándose a la Tierra implica la imposibilidad de encontrar un refugio no sólo físico sino también, y lo que es más importante, simbólico para sus protagonistas. Todos han de enfrentarse a la inevitabilidad de un acontecimiento terminal y definitivo y cada uno lo hace a su manera en la soledad de una repentina y absoluta falta de sentido que de repente convierte en irrelevante pérdida todo aquello que todavía se tiene.

En "Melancholia", el final simbólico precede al final físico y curiosamente el dolor es mayor cuando sucede el primero, convirtiendo la materia y sus consecuencias en lo que son, en un puro trámite que sólo cobra sentido con el propio sentido que se le da.

Por eso Justine es capaz de soportarlo y construir esa cueva mágica donde su hermana y su hijo se refugian. No desea nada y nada por tanto puede en realidad perder. Habiéndo lamentado ya todo y no teniendo nada ya que lamentar pues se ha despojado de todo lo que realmente poseía en ese doloroso e incomprensible, en un principio, proceso de ascesis autodestructiva que protagoniza en la primera parte de la película.

De entre todos sólo ella es quién tiene tiempo suficiente para construir una última ficción absolutamente épica en su eficacia mientras dura.

Se ha preparado como ninguno para recibir a Melancholia dentro de esa maravillosa cueva mágica. Es más... quizá nació preparada.

Obra maestra total.