domingo, noviembre 20, 2011

PORCO ROSSO

Roald Dahl es, para mi gusto, uno de los grandes escritores del pasado siglo.

Encerrado en la modestia de los géneros, oscilando entre la literatura infantil ("The gremlins" o "Charlie y la fábrica de chocolate") y las historias de misterio siempre con final inesperado seguramente acabó oscurecido por todo ese ejército de escritores en busca de la gran novela de más de trescientas páginas.

Dahl fue piloto de la RAF durante la II Guerra Mundial y en algunos de sus relatos está presente esa experiencia vital. Es evidente que, si uno conoce el relato y la película, el más hermoso de ellos, "The shall not grow old", ha servido de inspiración al maestro Miyazaki para crear Porco Rosso, uno de sus mejores pesonajes.

En "They shall not grow old", Dahl cuenta la experiencia extraordinaria de un piloto que, en la hora más bruja de un vuelo solitario, tiene un encuentro con una extraña y silenciosa procesión de aviones que se dirigen hacia el infinito. Son todos los pilotos que han sido derribados, camaradas y enemigos, unidos en un destino ignoto e inalcanzable.

El protagonista del relato, como seguramente Dahl en algún momento de sus vuelos solitarios durante la II Guerra Mundial, quiere unirse a la comitiva pero uno de sus mejores amigos que está recién muerto le disuade. Aún no ha llegado su momento.

El protagonista de "Porco Rosso" tiene esa misma experiencia, también quiere unirse y tampoco es su momento.

A esta base dramática lo que el maestro Miyazaki añade es que el hombre regresa transformado en cerdo como símbolo de la inauguración de una distancia entre el veterano y el resto de los hombres.

En algún momento de la película se habla de que el protagonista sufre una maldición, pero, y aunque jamás se habla de ella, para mi está claro que la transformación del personaje en cerdo tiene que ver con esas experiencias y no se trata más que de una total alineación entre la forma y el fondo. Si el personaje cambia por dentro, se aleja de la gente, su apariencia se transforma, deja  de alinearse con la apariencia del resto de personas.

Y en este sentido, Miyazaki da una vuelta de tuerca más en busca de la poesía al relato de Dahl insertando a este personaje en una vida errante como cazarrecompensas en una de esas realidades alternativas que tanto gustan a Miyazaki inspirada en la italia fascista de entreguerras.

"Porco Rosso" es una de esas historias de corte clásico que uno imagina en blanco y negro.

Imagino que Porco y el Rick Blaine de "Casablanca" tendrían mucho que hablar en el hipotético caso de que el errático curso de sus respectivas concienzudas y cuidadosas derrotas les llevara a encontrarse.

Magnífica.